Joaquín Leguina no tiene dudas de que "el ciclo zapaterista toca a su fin". Y dice que hasta lo anunció Rubalcaba, –a quien muchos, incluido él, considera como el seguro sucesor del presidente– cuando dio a conocer el proyecto de ley para una "muerte digna". "En el caso de ZP, esa muerte digna se refiere tan solo a su periplo político –el vital se lo deseo largo y tranquilo– porque la máquina del tren zapaterista agotó el carbón hace ya tiempo", reflexiona el ex presidente de la Comunidad de Madrid, convertido ahora en uno de los más críticos con Zapatero en la órbita del PSOE.
Para Leguina, "es hora de prepararle un funeral de primera donde le despediremos a él y también a sus viudas", de ambos sexos, precisa. Cita entre ellas a "aquéllas y aquéllos que –sin oficio ni beneficio previos– llegaron al mundo de la política para hacerse fotos" o que le "jalearon" cuando perpetró "destrozos" como el Estatuto catalán. "En fin, todas esas desconsoladas viudas deben partir con él", dice.
A la hora de elegir a su sucesor, "cuando suene el gong y haya de elegirse a un nuevo líder que dirija la reparación de la nave", los socialistas, a juicio de Leguina, "deberán olvidarse de fotogenias" y elegir "a una persona solvente", "con un fuste personal labrado en la vida ‘de fuera’". "Alguien con sentido de Estado", apunta. No sugiere ningún nombre.
A los "piropos" que dedica Leguina al presidente este viernes se suman sus reflexiones sobre las legislaturas de Zapatero recogidas en su libro El duelo y la revancha. En la obra, dedicada a la Memoria Histórica, se refiere al presidente para sentenciar, como ha venido diciendo en los últimos tiempos, que elegirle en 2000 como secretario general del PSOE "fue un error y lo acabarán viendo así quienes lo apoyaron entonces".
Sobre su cambio de postura política, apunta que el único cambio ha sido "hacerme la promesa de no soportar en silencio el sectarismo, venga de donde viniere".