Mikel Carrera Sabore fue uno de los tres terroristas de ETA que el 1 de diciembre de 2007 participaron en el asesinato a los guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapote, después de que los agentes se encontrasen con tres etarras en el bar de un centro comercial de la localidad francesa de Capbretón.
Así se desprende del análisis científico y las pruebas de ADN practicadas en el país vecino al etarra al que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, vendió horas después de su detención como el número uno de ETA hasta el momento de su arresto, y que coincidiría con las huellas digitales y restos personales encontrados en el coche en el que huyeron los terroristas, un Peugeot 307 Break, que robaron a una mujer francesa a la que tuvieron secuestrada y que no pudo ser localizado hasta el mes de mayo de 2008, aparcado en un centro comercial de Burdeos. Esta mujer, deberá pasar también por comisaría para identificar en una rueda de reconocimiento al etarra.
De este modo, se aclaran las circunstancias del primer atentado de la organización terrorista ETA contra agentes españoles en suelo francés. Y es que la justicia francesa mantenía hasta ahora a sólo dos terroristas imputados por estos hechos: Saoia Sánchez y de Asier Bengoa; cuando los testigos hablaban de que fue cometido por dos hombres y una mujer.
Durante varios meses, se sospechó de la participación directa en este atentado del ex número uno de ETA Mikel Garikoitz Aspiazu Rubina, conocido como Txeroki, después de que los etarras que conformaban el grupo Navarra de ETA le señalasen como uno de los asesinos de Capbretón. Sin embargo, la justicia francesa descarta casi su presencia en los hechos desde finales de noviembre de 2008. De hecho, la pistola con la que fue arrestado Txeroki no coincide con las que se emplearón en Capbretón. Pese a todo, siguen las dudas.
En Francia, la Fiscalía antiterrorista de París soliticó oficialmente este lunes la imputación de los cinco terroristas de ETA detenidos el pasado jueves –Mikel Carrera Sarobe, Arkaitz Aguirregabiriadel Barrio, Maite Aranalde Ijurco y Benoît Aramendi,– por el de asociación de malhechores con fines terroristas –que sería el equivalente en España a pertenencia a banda armada–, receptación de bienes robados, detención de armas y falsos documentos, y extorsión en banda organizada, entre otros.
Los cuatro etarras comparecerán ante la juez antiterrorista gala Laurence Le Vert, que será la encargada de dictar su procesamiento, según fuentes del ministerio público galo consultadas por Efe. Posteriormente, será un magistrado de las libertades y la detención el que se pronuncie sobre su ingreso en prisión.