Para la Unión de Oficiales de la Guardia Civil (UO) el vicepresidente primero del Gobierno y ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, "arroja más sombras que luces" sobre el caso del chivatazo que se dio a la red de extorsión de ETA el 4 de mayo de 2006.
El motivo es que el ministro durante una sesión parlamentaria en 2009 afirmó que las cintas que grabaron el soplo en el bar Faisán no fueron manipuladas. Sin embargo, un informe que el Instituto Armado ha aportado al juzgado de Instrucción Número 5 de la Audiencia Nacional señala que si los momentos claves de las grabaciones contienen cortes no fue algo "accidental".
En este sentido, dicha asociación señala que "si Rubalcaba afirmó en sede parlamentaria con tanta vehemencia y convicción que la cinta no fue manipulada del vídeo" hay que pensar que se ha producido "una preocupante dicotomía: o bien conocía que la cinta fue manipulada o bien le mintieron al respecto".
Los Guardias Civiles entienen que si Alfredo Pérez Rubalcaba mintió debe dejar el puesto "de forma irrevocable e inmediata", mientras que si le engañaron sobre este asunto debe "señalar públicamente al culpable y cesarlo de cualquier cargo público".
Asimismo, desde la UO -una de las partes personadas en la investigación del soplo a ETA- se afirma que de las declaraciones, o mejor dicho, las no declaraciones de Rubalcaba sobre el chivatazo reflejan el "nerviosismo" que padece el responsable de Interior cuando se le menciona este asunto.