La televisión pública tuvo acceso este miércoles a las imágenes que los miembros de los Grupos de Desactivación de Explosivos (Gedex) de la Guardia Civil sacaron de la bomba-lapa colocada en el coche patrulla abandonada antes de estallarla de forma controlada.
Según la estimaciones de las Fuerzas de Seguridad, la bomba colocada por los terroristas contenía tres kilos de explosivos, una cantidad muy alta para lo que habitualmente llevan de carga explosiva este tipo de artefactos.
Las bombas, tanto la que estalló en el vehículo de Salvá y Sáenz de Tejada como la que fue estallada por los Gedex, estaba colocado bajo el asiento del acompañante y, como ya se había informado, en un lugar de muy difícil detección.
Precisamente, Libertad Digital informó el día después del atentado de Mallorca que la Policía Nacional había redactado una nota interna en la que se informaba de que los terroristas habían cambiado la forma de ubicar las bombas-lapa en el atentado contra Puelles, y que ahora lo hacían en lugares donde eran casi invisibles a los procedimientos habituales de búsqueda visual que siguen las Fuerzas de Seguridad y las personas amenazadas por ETA.