(Libertad Digital) La química responsable del laboratorio de los Tedax, que fue la primera en recibir y analizar las muestras de los explosivos el mismo día de los atentados y la responsable de su almacenaje, tuvo que contestar a las preguntas de las acusaciones y defensas. La jefa de laboratorio, a preguntas de la AVT, ha explicado que nunca guardan el agua y el acetona donde se lavaron "todas las muestras de los explosivos", algunas de ellas, lavadas sólo en parte. Aunque ha añadido que nunca se las han pedido.
Pero lo que más ha llamado la atención de su declaración es que, tres años después y ante Gómez Bermúdez, ha develado alguno de los componentes que encontró al realizar esos primeros análisis. En su declaración ante el juez instructor de la causa, Juan del Olmo, esta química dijo que en ningún momento detectó la presencia de nitroglicerina en sus análisis. Pero no especificó qué componentes encontró en su lugar. Ahora, más de tres años después de la masacre ha concretado un poco más y señala que halló nitroglicol y nitrato amónico. Es por ello que se le preguntó "por qué ha esperado hasta hoy" para concretar esos componentes. Y su respuesta ha sido aún más sorprendente: "A mí no me pidieron detallarlos en estos cuatro años", dijo. Y añadió que "nunca jamás han sido secreto".
Pero sigue manteniendo algo verdaderamente sorprendente: "Después de una explosión nunca se puede determinar la marca o el nombre comercial de un explosivo". Además, aunque por la mañana se apuntó a la teoría de la contaminación para justificar que hayan aparecido el DNT y nitroglicerina– dos componentes que no están en la Goma 2 ECO y sí en el Titadyn– por la tarde dijo que las muestras, guardadas bajo su responsabilidad, estuvieron almacenadas a temperatura ambiente (sin experimentar cambios bruscos en la misma) y en un lugar seguro.
En un primer momento ha señalado que las guardó en el almacén "donde normalmente se guardan los explosivos". Es un almacén "de muestras judiciales". La perito contestó que "evidentemente" no se pueden tener miles de muestras en habitáculos o departamentos estanco y asépticos guardadas durante 15 o 20 años. Bermúdez no permitió esa explicación. "No estamos hablando de 20 años, señora". A continuación reconoció que han estado en una temperatura y humedad estables.
Es más, se metieron en un armario sólo las muestras relativas al 11-M. Éstas a su vez estaban metidas en bolsas encintadas dentro de unos sobres que a su vez se encontraban dentro de otras bolsas de plástico contenidas en una caja de cartón envuelta por una bolsa. La perito contestó además que nunca en el laboratorio de los Tedax se habían dado casos de contaminación por este sistema.
"Casi nunca" se mandan muestras de explosivos a la Policía Científica
La jefa de laboratorio fue incapaz de dar una explicación de por qué no especifica qué es lo que analiza en cada foco. Es decir, por qué en su informe no especificó los componentes que encontró en cada foco de explosión. "No le puedo dar ninguna explicación. Supongo que, salvo por el polvo de extintor, eran todas iguales". ¿Pero usted cuando redactó actas para cada analítica?, le preguntó otra de las acusaciones. "Las analíticas se hacen iguales en todas las muestras que se reciben. No se hace un detallado sobre cada una de las muestras, aunque sí una distinción entre los focos".
Una de las cuestiones más sorprendente sobre el análisis de los explosivos es que las muestras no se enviaran a analizar al laboratorio de la Policía Científica. Es éste el que está dotado de mayores medios que el de los Tedax. La perito ha señalado que "casi nunca" se mandan al laboratorio de la Científica muestras de explosivos recogidas en una explosión. Sin embargo, la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M ha mostrado a la sala un informe donde aparecen recogidos numerosos casos en los que sí se ha hecho así. La perito no ha sabido contestar por qué en dichos casos la Policía Científica recibió las muestras para un posterior análisis de sus componentes. Lo que sí ha afirmado la jefa del laboratorio es que "siempre que en las muestras haya un artefacto incendiario se manda a Policía Científica".
Bermúdez exige a la jefa de laboratorio que entregue sus informes al tribunal
Gómez Bermúdez no quiso dejar pasar su declaración sin preguntarla si realizó un primer informe de los explosivos. La química contestó entrecortadamente que no tiene las primeras notas que realizó a mano. Pero sí los informes ampliados de esos primeros datos. El presidente del tribunal exigió pues a la jefa del laboratorio de los Tedax que le entregara inmediatamente esos primeros informes. Y así lo hizo. (Vea aquí más detalles de la declaración de la mañana).
Comienzan a declarar los ocho peritos
Buena parte de la sesión de tarde de este lunes se caracterizó por las discusiones entre los peritos, las contradicciones de la jefa del laboratorio de los TEDAX y el empeño del fiscal Zaragoza en avalar de cualquier forma la tesis de la contaminación. Pese a que la terminología empleada por los expertos escapa al común de los mortales sí pudo intuirse que el trabajo diario de los peritos ha debido ser tenso. A cada afirmación llegaba una discrepancia. Lo que uno afirmaba el otro lo negaba. ¿Qué quedo claro? Desde luego que la fiscal no tenía un solo indicio para hacer aquella afirmación de "es goma 2 ECO y vale ya".
Hasta bien avanzada la sesión no hubo posibilidad de saber si todas las muestras remitidas a los peritos habían sido lavadas con agua y acetona (práctica disolvente necesaria en ocasiones para extraer sustancias de una muestra). De hecho, y para mayor confusión, se manejaron las dos posibilidades: Todas las muestras se lavaron con agua y acetona pero, en algunos casos, no se lavó toda la muestra. Aquí es donde se debatió fundamentalmente sobre dos muestras: la M-1 (polvo procedente del extintor que había en un vagón de la estación de El Pozo) y la 6-12-A (trozo de tela procedente de una bolsa). Aunque pueda resultar complicado, sin una sólida formación científica, seguir los argumentos de los peritos conviene reseñar algunos de los momentos en los que salió a la luz la tesis de la aparición de sustancias por mera contaminación, por cierto, no definida.
Uno de los peritos pidió la palabra para decir que en el polvo de extintor aparecieron sustancias dignas de mención. Sometida a prueba con difenilamida, mostraba un precipitado propio de los nitratos, y eso –explicó– es una potencial presencia de explosivos. Pero la jefa de laboratorio discrepó: esa no es una prueba específica de nitratos. Pueden salir "miles de cosas más". Para el perito, entre esas miles de cosas también está la presencia de explosivo: "Merecía la pena –lamentó– haber seguido esa línea de investigación".
Tras varias intervenciones de los peritos que han hecho las pruebas sobre la capacidad de absorción del polvo de extintor y si esa capacidad vale tanto para demostrar qué tipo de explosivo había como para inferir que se contaminaron, se llegó a decir que en 2004 aquella muestra no tenía componentes explosivos salvo los nitratos que pudieran ser propios del extintor. El juez Javier Gómez Bermúdez comenzó a enfadarse: ¿Es que el laboratorio está sucio, es malo, está desordenado, qué explicación tiene entonces?
A todo esto, Javier Zaragoza aprovechó cualquier oportunidad para incidir en la contaminación por peregrina que esta fuera. Llegó a preguntar ¿si la goma 2 ECO está unida a goma 2 EC podría salir DNT? Pero no sólo eso. También quiso menospreciar a los peritos nombrados por las partes. Es decir, a los cuatro que no mantienen la teoría de la contaminación. Gómez Bermúdez no se lo consintió.
Lavado de muestras: sí pero no
Uno de los peritos apuntó que cuando recibieron las muestras de los focos "todas están lavadas" con agua y acetona como, por otra parte, hicieron constar en uno de los informes preliminares. Pero el fiscal insistió en que la jefa de laboratorio ya había dicho que no todas estaban lavadas. Al final resultó que sí, que todas estaban lavadas pero no en su totalidad. Y, ¿dónde están las demás muestras?, preguntó Bermúdez. Enviadas dice la química. Un perito trató de explicar algo que volvió a servir al fiscal y que el propio Bermúdez asumió como posible punto de encuentro: esta vez, el protagonista era el sulfato amónico aparecido en las muestras 6-12-A y 6-12-C. Dicen que si se hubiera lavado con agua habría desaparecido ese compuesto. Se quería pues, demostrar que no todas fueron lavadas. Pero la clave está en que siendo eso cierto nadie quiso reparar en que en esas muestras apareció DNT, componente incompatible con la Goma 2 ECO. ¿Contaminación? Bermúdez seguía preguntando de qué forma.
Mientras Zaragoza seguía arrimando el ascua a su sardina un perito se quejó de que, digan lo que digan con el sulfato amónico, "se nos dijo por escrito y hemos solicitado entrevistas para que se nos aclarara lo del agua y acetona. No se nos han aportado las aguas de lavado y la acetona". Pero, ¿existen? –preguntó el juez–. Pues no.