(Libertad Digital) A mediados del mes de mayo, la investigación determinó que una de las huellas encontradas en la furgoneta de la Kangoo de Alcalá de Henares correspondía al argelino Daoud Ouhnane. Éstas fueron encontradas en una bolsa azul de plástico que contenía detonadores y restos de explosivo. Además, algunas de sus pertenencias fueron encontradas en el piso de Leganés y su ADN también apareció en la casa de Morata. De hecho, el 21 de mayo de 2004, la Policía pidió al juez Del Olmo que dictara una orden de busca y captura contra Ouhnane.
Según cuenta este lunes Manuel Marraco en El Mundo, la Policía distribuyó sus fotos ese mismo mes señalando claramente que sus huellas habían parecido en la Kangoo. Sólo un mes después, los días 20 y 22 de junio de 2004, la Policía encontró a Ouhnane saliendo de una casa de Santa Coloma de Gramanet que estaba siendo vigilada por actividades terroristas de sus inquilinos. Las imágenes fueron aportadas durante la vista de la Operación Tigris, cuyo caso –instruido por Garzón– quedó casi en nada al dejar en libertad el 23 de marzo de este año a nueve de los 12 islamistas encarcelados.
Daoud Ouhnane fue identificado por la testigo B-78 durante el juicio del 11-M. El Mundo recuerda que la Fiscal Olga Sánchez esperaba que este testimonio constituyera la prueba más fuerte contra Basel Ghalyoun. Sin embargo, a quién identificó fue a Ouhnane. De hecho, la testigo le señaló como unos de los terroristas que dejó una de las bombas en el tren de Téllez. "Ahora estoy segura de quién es" dijo en el juicio tras señalar que Ghalyoun "es muy blanco. Se parece, pero no es tan moreno como el chico que estaba en el tren". Según la Interpol, Ouhnane murió en 2005 en un atentado suicida en Irak.
En la tertulia de "La Mañana" de la COPE, Luis del Pino ha recordado que el problema fundamental de la versión oficial es que fueron 12 las bombas colocadas el 11-M, y que sin embargo, sólo hay un condenado como autor material: Jamal Zougam, que como el periodista ya informó el 11 de marzo de 2009, fue condenado con testimonios poco verosímiles y contradictorios. Así –dice Del Pino– el problema se intentó resolver incluyendo como autores materiales a los muertos en Leganés y a otros que supuestamente huyeron de España para morir inmolados en Irak, una versión que después el Supremo "se cargó".
También apunta a las pruebas contra Ouhnane. Dice que supuestamente se encuentran algunos de sus objetos en el piso Leganés, concretamente una cartilla a su nombre. Sin embargo, este documento no aparece en el "Acta de inspección". Después los Tedax señalaron que se lo habían llevado para ser analizado. Por eso, se pregunta si lo que se hizo fue construir un caso y si por eso se le dejó escapar. Además de eso, Del Pino cree más escandaloso que las fotografías se mostraran cuando ya había comenzado el juicio por la Operación Tigris. Y sobre esas imágenes se pregunta: "¿En qué informes consta?"