Sin rastro de la terrorista Maite Aranalde. El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón dictó este martes una orden de busca y captura contra la etarra, que se encuentra en paradero desconocido después de haber abandonado la pasada semana la cárcel madrileña de Soto del Real tras pagar una fianza de 12.000 euros.
El magistrado, que regresaba de sus vacaciones, decidió a última hora de la tarde del lunes revocar la libertad provisional de la que disfrutaba la terrorista de ETA por orden del juez Eloy Velasco –que sustituía a Garzón durante su ausencia– y dictó su ingreso en prisión. Además, el instructor advertía del riesgo de fuga de la terrorista en su auto de prisión.
En este documento, estimaba el recurso de la Fiscalía y ordenó el ingreso en prisión incondicional de Aranalde, si bien la orden no se hizo pública para tratar de evitar su fuga. Cuando las Fuerzas de Seguridad del Estado se dirigieron a su domicilio en la localidad guipuzcoana de Ibarra para detener a Aranalde no lograron localizarla. Tras comprobar que la etarra se había dado a la fuga el juez inició los trámites para formalizar su busca y captura.
Horas después de conocerse la noticia, compareció, aunque para otro tema, Alfredo Pérez Rubalcaba en la sede del ministerio del Interior. Allí, dijo que "los jueces dictaminan cuando alguien tiene que ser puesto en libertad" y que la policía "sólo hace lo que dicen los jueces". De este modo, intentaba zanjar responsabilidades en el seno de su ministerio. Visiblemente molesto ante la segunda pregunta que se le hizo sobre el tema, decidió dar por zanjado el tema.
Los agentes que investigan la huída de la etarra Maite Aranalde sospechan que podría encontrarse huída desde el pasado domingo. Ese mismo día, vecinos de su localidad natal se manifestaron contra la prohibición de homenajear a la etarra, acto al que no acudió la propia Aranalde. Las primeras sospechas de las fuerzas de seguridad apuntan por tanto a la posibilidad de que Aranalde podría llevar ya tres días fugada de su localidad de la que habría salido ayudada por el entorno proetarra.
Con ello contaban también las fuerzas de seguridad, que ya habían previsto la necesidad de estrechar la vigilancia en torno a la terrorista a la espera de la orden de la Audiencia Nacional. No obstante, las dificultades para exceder las medidas cautelares dictadas por el juez Velasco impidieron un mayor control sobre Aranalde, precisaron las mismas fuentes.
Entre las dificultades para controlar los movimientos de la terrorista hay que sumar el respaldo prestado por muchos de sus vecinos desde su salida el jueves de la cárcel madrileña de Soto del Real. Ibarra es una localidad de apenas 4.300 habitantes que cuenta con una fuerte presencia del entorno etarra.
El propio Garzón confirmó los augurios de la etarra en un auto en el que defiende que existían indicios suficientes para haber acordado prisión contra ella la semana pasada, después de que fuera entregada a España por las autoridades francesas.
En estos momentos, las investigaciones tanto de la Policía como de la Guardia Civil se centran en descubrir el paradero de la etarra tras la orden de busca y captura dictada este martes por Garzón. En ese sentido, las fuentes consultadas no descartaron la posibilidad de que Aranalde hubiese decidido continuar con su actividad criminal en la banda por lo que podría haber cruzado la frontera francesa.
Aranalde fue puesta en libertad la semana pasada por la Audiencia Nacional debido a que su entrega no iba acompañada de la documentación requerida por España referente a la participación de la etarra en un atentado múltiple en varias gasolineras durante el puente de la Constitución de 2004. El país galo perdió esta información, por lo que juez Velasco –quien sustituyo a Garzón al encontrarse de vacaciones– decretó para Aranalde la situación de libertad eludible bajo 12.000 euros de fianza.