Baltasar Garzón emitía el pasado 26 de abril un auto por el que dejaba en libertad a uno de los principales dirigentes del entorno proetarra, Rafael Díez Usabiaga. Y dos semanas después rechazaba los recursos de la Fiscalía y la asociación Voces contra el Terrorismo contra su excarcelación. De hecho, el echar una mano a una de las piezas clave en la primera parte de la negociación del Gobierno de Zapatero y ETA, fue lo último que hizo antes de abandonar su despacho de la Audiencia Nacional.
Según desveló LD, esta decisión de Garzón estuvo sustentada en documentos que no eran válidos para justificar el acogimiento a la Ley de Dependencia: un certificado del médico de cabeza de la madre de Usabiaga o el aval personal de un edil del PSE del ayuntamiento de Lasarte que decía que el proetarra cuidaba de su madre para dejarle en libertad.
Ahora, El Mundo ha tenido acceso a uno de los informes que el imputado por pertenencia a organización terrorista por reconstruir Batasuna a las órdenes de ETA, tiene que proporcionar a la Audiencia Nacional cada 15 días sobre los cuidados que proporciona a su madre. Informe elaborado por él mismo.
En apenas folio y medio, detalla su actividad entre el 24 de mayo y el 6 de junio. En ese periodo, dedicó a su madre una media de 68 minutos diarios. Incluso en tres de ellos ni apareció por el domicilio de su madre. Y más que realizar las labores de un cuidador de una persona dependiente, Usabiaga se dedica más bien a acompañar a su madre aquí o allí haciendo las labores de un taxista.