En su declaración como testigo del caso ante el juez Juli Solaz, Barberà explicó que ella misma se encargaba de preparar estos sobres que se entregaban a la familia para gastos personales, como el servicio doméstico, la guardería o el jardinero.
En concreto, la mujer de Millet, Marta Vallès, recibía cada mes un sobre con 3.000 euros. El dinero procedía de una caja fuerte donde el propio Fèlix Millet, vinculado a Convergencia i Unió, lo guardaba, por lo que Barberà pensó que era suyo y no sospechó de ningún desvío de fondos. Según su secretaria, todos estos pagos se anotaban en un libro que, según ella, sigue en el Palau.