LD (Pablo Montesinos) En la sede de los populares, en Génova 13, se observa con preocupación la falta de liderazgo de Soraya Sáenz de Santamaría. La elección de la portavoz del PP en el Congreso de los Diputados fue una decisión exclusiva de Mariano Rajoy y, tras los testimonios leídos en Libertad Digital, parece evidente que no todos están contentos con el devenir del Grupo Parlamentario.
Sáenz de Santamaría fue vendida por la dirección del partido como una cara joven, con ganas y capacidad de dejar atrás “la crispación” de la legislatura pasada, en la que su cargo lo ocupaba Eduardo Zaplana. Una imagen, la del nuevo PP, moderado, abierto al diálogo con todos y más amigo del Ejecutivo socialista. Sin embargo, su nueva estrategia no convence a gran parte de los suyos, que le acusan, simple y llanamente, de no hacer oposición.
En Génova esta rebelión interna preocupa. Entienden que, atendiendo al elevado número de diputados que tienen -154- haya quien difiera del nuevo rumbo marcado por el PP, pero advierten que es labor de la portavoz acallar internamente esas voces, yhablar cara a cara con los suyos. El que los diputados opten por decirlo a la prensa es, en opinión de fuentes consultadas, un claro ejemplo de su clara falta de liderazgo.
El problema, añaden, es que esa imposibilidad de Sáenz de Santamaría para controlar y hacer sentir bien a los suyos también la ven en aquél que la encumbró a la primera fila parlamentaria: Mariano Rajoy. Así lo piensa un destacado dirigente popular, que asegura a Libertad Digital que “Rajoy no se va a afianzar nunca, al PP le falta un nuevo impulso y ahora está confundido… la sociedad española reclama liderazgo e iniciativa”.
También lo denunciaron en su día miembros de la ejecutiva nacional, que alzaron su voz en plena crisis con Unión del Pueblo Navarro. Entonces, criticaron que Rajoy se quedara en “amenazar con volver a amenazar” cuando la situación era ya insostenible. Prometió un golpe seco en la mesa pero tuvo que ser María Dolores de Cospedal, su otra gran apuesta, la que anunciara la ruptura de relaciones con los regionalistas. Mientras, su presidente y el líder del PP intentaba esquivar a los medios al grito de “dónde está Carmen”.
Un panorama que, en opinión de otro diputado popular, provoca imágenes como las de la pasada sesión de control al Gobierno, con la bancada popular semivacía. Este miércoles, El Mundo aporta un nuevo dato: quince señorías del PP faltan de media a cada votación del Congreso desde septiembre. Es el Grupo Parlamentario con más ausencias y la media casi llega al diez por ciento de los 154 que fueron elegidos en las pasadas elecciones generales.
Un absentismo parlamentario que nunca antes se había visto en las filas del PP. Ni en la pasada legislatura, ni tampoco cuando José María Aznar era el presidente del Gobierno. El motivo, según añade otro dirigente popular, es evidente: “la dirección excluye a sus propios diputados, no les da la oportunidad de hablar -en el pleno- y eso es una realidad”. Es por ello, recalca, por lo que las ausencias son ahora mayo que cuando Eduardo Zaplana marcaba las reglas.
Una situación que la dirección del Grupo Popular va a intentar atajar imponiendo sanciones y exigiendo a los suyos, según anunció su propia portavoz, a “que renuncien a su escaño” si no acuden al Hemiciclo.