Gaspar Zarrías ya está haciendo los preparativos para su regreso, aunque no se sabe si su vuelta es inminente, antes de las elecciones municipales o inmediatamente posterior a su celebración, según informaron confidenciales.
La crisis interna del PSOE, tanto en Madrid como en Andalucía y el espectáculo de los ERE´s, donde el PSOE de la provincia de Jaén, del que Zarrías ha sido mandamás durante casi 30 años, es la protagonista indiscutida, causan esta ¿derrota? política.
Es sabido que Zarrías hizo las maletas para marchar a Madrid con la expectativa de llegar a ser incluso ministro. Recuérdese que cuando tuvo lugar el cese del ex ministro ahora Celestino Corbacho, alguien tuvo la ocurrencia de lanzar el nombre de Zarrías como el candidato más seguro a ocupar dicho Ministerio. Moncloa tardó un cuarto de hora en desmentir tajantemente tal posibilidad.
Zarrías fue a Madrid por la petición expresa de Manuel Chaves quien, según fuentes socialistas, no sabía qué hacer con su mano derecha después de la taxativa negativa de José Antonio Griñán de mantenerlo en su Gobierno. Recuérdese que si Zarrías no es bien considerado por el Partido Popular ni por Izquierda Unida por sus modos y maneras de entender y hacer la política, ni siquiera en el PSOE andaluz cuenta con apoyos que no procedan del miedo o la amenaza. Es más, como se vio con claridad, nada más irse a Madrid Griñán comenzó un proceso de descabezamiento de todos sus aliados en las diferentes consejerías.
¿Por qué vuelve Zarrías? En esto, las hipótesis son variadas. Unos creen que Zarrías ha agotado su crédito político en Madrid y que el espectáculo de los ERE le ha dejado definitivamente tocado por el perjuicio que va a causar al PSOE en las elecciones municipales y en las generales. Juan Lanzas, el conseguidor y ex sindicalista de UGT-Jaén, es un hombre al que se asocia el nombre de Zarrías y es quien está en el meollo de no pocos ERE fraudulentos.
Otros interpretan que es la crisis interna del PSOE -reunión Zapatero-Bono, ojo, del otro día-, la que ha dinamitado la presencia de Zarrías, bien por haber sido un cromo devaluado en las negociaciones entre el sector "felipista" y las huestes de Zapatero, bien porque Manuel Chaves haya querido desprenderse del tufo que emana su presencia en futuras batallas internas.
Lo cierto es que Zarrías vuelve a Sevilla y que, una vez más, José Antonio Griñán se ve alcanzado por la mala suerte.