L D (J. Arias Borque) Por primera vez en veinte años, un partido vasco tiene la oportunidad de asaltar el liderazgo electoral del PNV. Hoy, como ayer, vuelve a ser el PSE, aunque esta vez liderado por Patxi López.
Hace veinte años, pese a ser el partido con más escaños, los socialistas vascos entregaron en bandeja de plata la Lehendakaritza a José Antonio Ardanza, que se estrenaba como candidato peneuvista tras la traumática escisión que protagonizó en el PNV Carlos Garaikoetxea. Pero ahora, parece que sí, están dispuestos a desalojar al partido que fundara Sabino Arana del Palacio de Ajuria Enea, aunque no han dejado claro si también del resto de consejerías del Gobierno vasco.
Las encuestas electorales confirman la igualdad, aunque siempre con el PNV con entre tres y cinco escaños de ventaja. La resolución definitiva vendrá con los pastos post-electorales. Cualquier cosa puede pasar.
La otra gran novedad de los comicios será la ausencia de una candidatura de ETA, tras las resoluciones de Supremo y Constitucional que anulan las listas de D3M y Askatasuna. Hasta ahora siempre había tenido su hueco en el Parlamento vasco ya fuese como Herri Batasuna, Euskal Herritarrok, Batasuna, Sozialista Abertzaleak o Partido Comunista de las Tierras Vascas. También habrá que seguir la entrada en liza de UPyD, que podría estrenarse en los comicios vascos obteniendo un escaño en la Cámara vasca.
Las claves de la campaña
El voto proetarra. La anulación de las candidaturas de Demokrazia 3 Millio (D3M) y Askatasuna, las franquicias electorales que ETA pretendía que concurriesen a las elecciones vascas, deja en el aire el voto de aproximadamente 150.000 proetarras. En 2005, estos sufragios otorgaron al PCTV nueve escaños. Su voto el próximo 1-M condicionará de manera importante la composición del Parlamento vasco.
Es previsible que alguno de los líderes del brazo político de ETA de las instrucciones de la organización terrorista durante la campaña. La opción más probable será el voto nulo, que ya han utilizado en anteriores comicios. Pese a esto, miles de proetarras votarán, como ya han hecho en otras ocasiones, a alguno de los partidos nacionalistas que concurren. EA en mayor medida, y PNV y Aralar de forma más residual, recibirán estos sufragios.
Guerra abierta en Guipúzcoa. De los tres territorios en disputa, parece, a priori, que la contienda está más o menos decidida en dos de ellos: Álava y Vizcaya. En el primero, el PSE será la formación más votada y PNV y PP se repartirán el segundo y tercer puesto, respectivamente. En este territorio es donde parece más que probable que UPyD consiga su entrada en la Cámara vasca. Los constitucionalistas alcanzaran en Álava más de 15 de los 25 parlamentarios en disputa. En Vizcaya, sin embargo, será con toda probabilidad el PNV quien se haga con la victoria y, al contrario que en Álava, serán las nacionalistas los que sobrepasen los 15 parlamentarios por este territorio.
Sin embargo, será en Guipúzcoa donde se centrará la guerra de todas las guerras electorales. Por un lado, PNV y PSE en su lucha por ganar las elecciones en la comunidad vasca. Tradicionalmente, el PNV ha sido la fuerza más votada en Guipúzcoa, pero en los dos últimos comicios, elecciones forales y generales, los socialistas han conseguido arrebatarles esa posición. Si el PSE quiere tener alguna opción de ganar el 1-M, tendrá que batir nuevamente a Ibarretxe y Egibar en el territorio. Por otro, el PP e IU para no perder muchos votantes. En tercer lugar, EA y Aralar se disputarán el granero de votos proetarras y puede que, también, la propia supervivencia.
Partido a partido.
Partido Nacionalista Vasco. Acostumbrado a controlar todos y cada uno de los resortes de la política vasca, el PNV se enfrenta por primera vez a unas elecciones autonómicas con el miedo de perder la Lehendakaritza en el cuerpo. Todas las encuestas coinciden en que una entente constitucionalista PSE-PP puede sumar con más o menos holgura una mayoría absoluta, algo que no ocurrió siquiera en 2001, con Jaime Mayor Oreja y Nicolás Redondo Terreros al mando del PP y PSE.
A su favor tiene el control absoluto de las administraciones vascas, lo que supone una amplísima red de estómagos agradecidos a lo largo y ancho de los tres territorios, así como el miedo que se ha inducido artificialmente en la sociedad vasca a un gobierno de no nacionalistas. En contra, el desgaste que supone llevar más de treinta años en el poder, las disputas internas Ibarretxe-Urkullu, su separación electoral de EA y los recientes casos de corrupción en el Museo Guggenheim, el Museo Balenciaga y en la Hacienda foral de Irún.
Partido Socialista. Llegan con las mejores encuestas en muchos años a la contienda electoral. Desde la traumática escisión en el seno del PNV y el nacimiento de EA no se han encontrado en mejor posición. En aquella ocasión, en 1986, consiguieron ser la fuerza política con más diputados en el Parlamento vasco, pero cedieron la presidencia al peneuvista José Antonio Ardanza. Veinte años han tenido que esperar para verse en una situación similar.
Con un discurso que apuesta por el cambio, Patxi López intentará por segunda vez mudarse al Palacio de Ajuria Enea. No quiere ni oír hablar de pactos con el PNV o con el PP. ¿Entonces? Le quedaría la opción de un pacto a la catalana, algo poco probable. No lo dice, pero en su interior, ya se habrá decidido por populares o peneuvistas. Lo malo es que tenga opciones de gobernar o no se hará lo que le diga Zapatero.
Partido Popular. El PP se encuentra ante la difícil misión de mantener su representación parlamentaria tras la traumática salida de la primera línea política de María San Gil. El hombre encargado de estrenarse al frente de sus listas populares, Antonio Basagoiti, es un político suficientemente conocido en la difícil arena política vasca, tras años como líder del PP en el ayuntamiento de Bilbao.
Las encuestas le dan al PP una ligera bajada de escaños en la Cámara vasca, lo que hará muy difícil que mantenga los quince diputados con los que cuenta actualmente. Lejos quedan ya los 19 electos que obtuvo en 2001, su techo electoral, cuando acudió a los comicios en coalición con Unidad Alavesa.
Eusko Alkartasuna. Tras ocho años de coalición electoral con el PNV, Eusko Alkatasuna se presenta a estas elecciones con un candidato de perfil bajo: Unai Ziarreta. Su objetivo: intentar perder el menor número de escaños en la Cámara de Vitoria, en la que actualmente tiene siete parlamentarios.
El partido fundado por Carlos Garaikoetxea, que incluye en su programa electoral la vía de la autoderminación a través de una Ley de Soberanía en el Parlamento vasco, intentará atraer hacia sí el voto proetarra, huérfano de siglas tras la anulación de las listas de D3M y Askatasuna, las listas blancas que ETA ha intentado colar en estas elecciones.
Izquierda Unida. Javier Madrazo vuelve a repetir al frente de la formación comunista con el objetivo de mantener, como mínimo, su actual representación de tres parlamentarios. Rezará también para que cuadren las cuestas y el tripartito se pueda mantener en el Gobierno vasco. Demasiado cómodo se le ve en el puesto de consejero. En su primer año al frente de Vivienda y Asuntos Sociales sus viajes sumaron kilómetros suficientes para dar una vuelta al mundo, lo que hizo que en los pasillos de la Cámara vasca se le denominase "el consejero viajero".
Ojo a la actriz invitada en el inicio de campaña, la madre de Madrazo, quien ha sido sancionada en más de una ocasión por pegar antes de tiempo los carteles electorales que piden el voto para su hijo.
Aralar. La escisión de Batasuna-ETA volverá a contar con Aintzane Ezenarro como cabeza de cartel. En estas elecciones se juega el todo o nada, mantener su escaño o desaparecer. A su favor tiene que pueda ser una de las opciones menos malas para los votantes proetarras. En su contra, el recelo que todavía levanta en los acólitos de ETA por haberse atrevido a abandonar el brazo político de ETA y a condenar tímidamente los atentados.
Unión, Progreso y Democracia. El partido fundado por Rosa Díez se entrena en la comunidad vasca. No ha presentado candidato formal a lehendakari, aunque el nombre a seguir, con toda probabilidad, será el de Gorka Maneiro, el cabeza de lista por Álava, territorio en el que más opciones tienen de conseguir el único escaño que le pronostican las encuestas.
Histórico de elecciones vascas