Las palabras del exfiscal jefe Anticorrupción Carlos Jiménez Villajero en defensa del juez Baltasar Garzón acusando a los magistrados del Tribunal Supremo de ser "un instrumento al servicio de la actual expresión del fascismo español" podrían constituir un delito de calumnias e injurias.
Por este motivo, el Alto Tribunal ha resuelto este jueves que sea la Audiencia Nacional la encargada de tramitar la querellas presentadas en su día por el sindicato Manos Limpias y por un particular contra Villarejo. El TS se ha pronunciado después de que dichos tribunales le plantearan una cuestión de competencia.
El ex fiscal fue denunciado por los ataques que profirió contra el alto tribunal durante un acto de apoyo al juez Garzón celebrado el pasado mes de abril en la Universidad Complutense de Madrid. En dicho acto se señaló por los participantes que los jueces del Tribunal Supremo que habían admitido la querella contra Garzón por una supuesta prevaricación al investigar los crímenes franquistas habían dado "un golpe brutal a la democracia".
La resolución de esta cuestión de competencia tiene su origen en la disputa existente entre el Juzgado de Instrucción número 27 de Madrid -al que llegaron inicialmente las querellas contra Jiménez Villarejo-, y el Juzgado Central de Instrucción número 5, ya que ninguno de ellos quería hacerse cargo de la tramitación de este asunto.
Paradójicamente éste último juzgado es el que ocupaba Garzón antes de ser suspendido en sus funciones y del que continúa siendo titular aunque actualmente está dirigido por el magistrado Pablo Ruz. Sin embargo, y en coincidencia con el Ministerio Fiscal, la Sala integrada por los magistrados del Tribunal Supremo Julián Sánchez Melgar, José Ramón Soriano y Miguel Colmenero, éste último ponente de la resolución, consideran que la cuestión debe ser resuelta a favor de que sea la Audiencia Nacional la que se encargue del caso, por corresponder a este órgano la competencia del delito tipificado en el artículo 504.1 del Código Penal (calumnia o injuria al Tribunal Supremo)
Al conocer la noticia el ex fiscal jefe Anticorrupción ha lamentado este jueves el "desvarío" del Alto Tribunal y ha advertido de que no lograrán amedrentarle ni hacerle callar aunque ahora hayan ordenado investigar si sus críticas son constitutivas de delito.
Villarejo: "Un desvarío"
Además, Villarejo se ha mostrado muy tranquilo porque está convencido de que no dijo nada que fuera objeto de calumnia o injuria, aunque ha mostrado su pesar ante el hecho de que esta decisión del Supremo demuestre, a su parecer, una vez más el "desvarío" de este tribunal.
El ex fiscal Anticorrupción ha señalado que ni comprende, ni entiende, ni comparte, ni le preocupa que el Supremo haya ordenado a la Audiencia Nacional que abra esta investigación, ya que "han entrado en un terreno en el que van a resbalar totalmente y no van a obtener ningún resultado".
Por otro lado, el juez Baltasar Garzón ha anunciado este jueves en Avilés su intención de solicitar la recusación de cinco de los magistrados del Tribunal Supremo que han rechazado los principales testigos que había propuesto en su defensa en la causa por los crímenes del franquismo.
"Hoy probablemente presentaremos la recusación de los cinco magistrados porque habiendo participado en la instrucción de la causa no pueden a su vez formar Sala para juzgar, porque el prejuicio está establecido claramente", ha subrayado.
Fuentes jurídicas han señalado a Libertad Digital que la recusación tendría poco recorrido jurídico y que sólo serviría para retrasar la celebración del juicio oral, donde Garzón se sentará en el banquillo de los acusados por un delito de prevaricación