(Libertad Digital) La realidad es que no hubo una petición formal del CNI al Ministerio del Interior. Los informes de los servicios de inteligencia españoles remitidos a la comisión de investigación recogen la nota informativa del día 6 de noviembre de 2003 en la que no se encuentra la referencia que ha servido a El País para confeccionar su portada de este lunes. Según el diario, “Interior no se tomó en serio la implicación del argelino hasta el suicidio de Leganés”. Hay pues, una mezcla de fechas al mencionar notas del CNI de antes y después de los atentados.
La nota del 6 de noviembre, remitida a la comisión y a la que ha tenido acceso Libertad Digital, se refiere a las actividades de Allekema Lamari, detenido en Valencia en abril de 1997 en el curso de la Operación África por sus vinculaciones con el GIA argelino (Grupo Islámico Armado). Entre varias tachaduras se advierte que el mes anterior (octubre de 2003) Lamari remitió cinco giros postales de unos 150 euros a varios individuos presumiblemente árabes. En el informe se comenta que no es normal este tipo de operaciones dada su precariedad económica.
Se relata también que en septiembre de ese año comunicó la intención de algún grupo radical argelino de cometer algún tipo de atentado en España. Entre las posibilidades barajadas, que el propio informe del CNI descarta y que no se mencionan en la información de El País, se habla de un incendio forestal que afectara a objetivos que pudieran considerarse rentables. La otra posibilidad se centraba en un atentado terrorista suicida usando un camión con explosivos dirigido contra un edificio. El informe termina destacando que desde su salida, en junio de 2002, de la cárcel pontevedresa de Alama –por cierto, una de las que, según los funcionarios de prisiones, más radicalismo permite entre los internos islamistas– fijó su residencia en Tudela.
La información de El País llega a afirmar que sólo cinco días antes de los atentados –el 6 de marzo– el CNI le insistió de nuevo al Gobierno sobre “la peligrosidad del argelino”. Pero, por extraño que parezca, no hay referencia alguna del CNI a Lamari el día 6 de marzo. O no ha sido remitida –pese a que sería un documento esencial para la comisión y que avalaría la tesis de la imprevisión– o no existe.
En la Audiencia Nacional sí se buscaba a Lamari
La referencia del diario El País a la nota de noviembre de 2003 en sentido de apremio no es tal. El CNI comentaba el perfil de un detenido pero no pedía apoyo al Ministerio que entonces dirigía Ángel Acebes. Es el día 16 de marzo –cinco días después de los atentados– cuando el CNI, cita al argelino Lamari como posible planificador de la masacre del Madrid porque “tiene el suficiente liderazgo y grado de fanatismo”, sin más detalles. Tras este comentario hay 9 líneas tachadas. En la misma nota informativa del 16 de marzo se hace mención a la posibilidad de nuevos atentados terroristas en lugares de alta concentración de personas. Aparece tachado uno de esos lugares probables.
Pero además, según ha podido saber Libertad Digital de fuentes judiciales, se da la circunstancia de que quien sí había puesto especial interés en encontrar a Lamari antes del fatídico 11-M fue la Audiencia Nacional. En un auto del 18 de julio de 2003, ocho meses antes de la masacre, se dictaba una orden de busca y captura contra este argelino.
Por aquellas fechas Lamari estaba en libertad. La sección tercera de la Audiencia Nacional lo había condenado –junto a otros cuatro argelinos– a 14 años de cárcel por pertenencia a banda armada, tenencia ilícita de armas y de útiles para falsificar documentos. Pero en julio de 2002, el Tribunal Supremo rebajó las penas al estimar en parte los recursos presentados fallando que que “el Tribunal sentenciador –Audiencia Nacional– ha incumplido claramente el deber de motivar la concreta pena a imponer”. La nueva suma penal para Lamari quedaba en 9 años, lo que le permitió salir de prisión.