El socialista Rodríguez Ibarra ha lamentado que, después del éxito del proceso autonómico en España, "ahora estamos angustiados" por las reformas estatutarias, y ha apuntado que volverá a producirse ese sentimiento cuando el Constitucional emita una sentencia sobre el Estatuto de Cataluña.
Así lo ha afirmado el ex presidente extremeño durante una conferencia sobre la descentralización autonómica en los 30 años de democracia que pronunció durante la II Simulación del Congreso Español (SICE) que organiza la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, con doscientos estudiantes de todo el país.
Ese proceso ha resultado un "éxito apabullante" porque el Gobierno central "es más fuerte dentro y fuera de España de lo que lo ha sido nunca en los últimos doscientos años" y a la vez se han mantenido la identidades del país, ha reiterado Ibarra.
Sin embargo, ha instado a llegar a un acuerdo sobre las atribuciones que pueden transferirse a las comunidades porque "si esas competencias entran en la subasta, y parece que han entrado, no existirá gobierno que garantice la igualdad de derecho de los ciudadanos".
"No puede ser transferido lo que provoque desigualdad", ha concluido el ex presidente de Extremadura durante 24 años, que ha sido aplaudido por los estudiantes que participan en el SICE cuando ha criticado aspectos como los derechos de autor tal y como se ha entendido hasta la actualidad o el sistema educativo que no tiene en cuenta la informática.
Ha propuesto como cuestiones que el Estado no debe ceder la defensa nacional, la política exterior, la justicia y la seguridad, la hacienda pública -para que "nos traten como ciudadanos, no como territorios", la coordinación nacional y la cohesión nacional que garantice la "igualdad".
También ha pedido un cambio de la Constitución para adaptarla a las realidades que cuando se promulgó no existían, como internet, y la reforma del Senado, que "no sirve para nada", para que sea una cámara de representación territorial.
El ex presidente socialista ha pedido un sistema de relaciones entre las administraciones central y autonómicas, porque ahora "funcionan en paralelo", así como una conferencia de presidentes que se convoque no en función del "humor" del presidente del Gobierno o de la coyuntura política y que ocurra lo mismo con las comisiones sectoriales.