Éste es uno de los datos más significativos que recoge la "Tercera medición de la democracia" incluida en el Informe correspondiente a 2010, que fue presentado esta semana en Madrid. Como cada año, la medición se realiza a partir de las valoraciones obtenidas en una encuesta entre "expertos, fundamentalmente académicos", escogidos por la Fundación Alternativas pero cuyo nombre no aparece en sus páginas. El resultado global arroja una puntuación de la democracia de 5,8 sobre 10, dos décimas por debajo del Informe de 2009 y cuatro por debajo del de 2008.
De acuerdo con la puntuación de esos expertos, las "principales deficiencias de la democracia española" son la corrupción, cuya situación merece una valoración de 2,9, y la falta de independencia económica del poder político (3,4). Estas lacras son, además, dos de las que registran descensos más notorios respecto al año pasado (-0,8 y -0,6 puntos, respectivamente). Sólo la valoración de la independencia de los partidos ha experimentado una caída más drástica: nueve décimas, hasta el 4,3.
Otras deficiencias que constata el Informe son la falta de un acceso igualitario al poder y la accesibilidad de los representantes (3,6 de valoración), la falta de respeto de los medios de comunicación (3,7), el sometimiento a las interferencias internacionales (3,9) y la escasa participación ciudadana (4,0). Por el contrario, la limpieza de las elecciones (8,8) y la libertad de voto (8,4) aparecen como las mayores fortalezas del sistema.
Descensos llamativos en el último año han registrado también la valoración de la independencia de los jueces (-0,4%, probablemente por el efecto de la polémica en torno a la sentencia del TC sobre el Estatuto de Cataluña) y la de la transparencia en la información y los presupuestos generales del Estado (-0,7%). La libertad de prensa ha perdido otras tres décimas este año para acumular un descenso de siete desde 2008, según la fundación.