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Génova y Juan Costa sellan la paz

El díscolo Juan Costa recibió el perdón público de Génova en la presentación de su libro "La revolución imparable". La consigna de Rajoy, que no pudo asistir, fue "arroparle". Sin embargo, también hubo ausencias: no fueron ni Cospedal ni Pons. Su hermano le robó el protagonismo.

El díscolo Juan Costa recibió el perdón público de Génova en la presentación de su libro "La revolución imparable". La consigna de Rajoy, que no pudo asistir, fue "arroparle". Sin embargo, también hubo ausencias: no fueron ni Cospedal ni Pons. Su hermano le robó el protagonismo.

El diputado Juan Costa, que en el turbulento periodo posterior a la derrota de Marino Rajoy en las últimas elecciones generales hizo el amago de postularse como alternativa a presidir el PP, recibió este jueves el perdón público de la dirección nacional del partido en la presentación de su libro “La revolución imparable”, gracias al cual ya ha recibido el apodo del Al Gore español. Rodrigo Rato fue el maestro de ceremonias, a quien le une una “gran amistad” forjada en la etapa de José María Aznar y, posteriormente, en el Fondo Monetario Internacional.

La consigna del líder de los populares, según fuentes de su entorno consultadas por Libertad Digital, ha sido “arroparle” para que “quede claro el apoyo de Génova”. Él -aunque quería- no asistió, pero tenía excusa: en el momento de la presentación, que se realizó a las ocho de la tarde en el hotel Ritz de Madrid, estaba en el aire procedente de Bruselas, donde se reúne con el Grupo Popular europeo.

Dicho esto, Rajoy no descarta promocionar la obra de Costa en fechas próximas, lo que corroboraría -aún más si cabe- la reconciliación con el parlamentario, quien cayó en desgracia tras el Congreso de Valencia.

Ausencias destacadas

Sin embargo, como en toda gran familia, la consigna del patriarca es una cosa y las rencillas o enfrentamientos personales otra bien distinta. Sólo hay que echar un vistazo a la lista de asistentes. La dirección nacional estuvo representada por Ana Mato, vicesecretaria de Organización. Sin embargo, no acudieron ni la número dos del partido, María Dolores de Cospedal -cuyo malestar con el hermano del protagonista, Ricardo Costa, es harto conocido-, ni tampoco los otros dos vicesecretarios: el valenciano Esteban González Pons y Javier Arenas.

El Grupo Popular en el Congreso sí que contó con una representación mucho más nutrida. Además de una trupe de diputados rasos -la mayoría identificados como el sector crítico-, Soraya Sáenz de Santamaría asistía, así como otros tantos miembros de su dirección.

Sin embargo, fue el hermano de Juan, Ricardo Costa, quien acaparó todos los focos, más aún cuando saltaba la noticia de que el Comité de Derechos y Garantías ratificaba la sanción de un año fuera del partido revisable a los seis meses, extremo del que el ex secretario general del PPCV se enteraba por la prensa. "Todavía no me han llamado, no me han comunicado nada, no tengo comunicación oficial", sentenciaba, lacónico.

Previamente, en una entrevista en TVE, Juan Costa decía al respecto que deseaba que se reconociera “de una manera clara que él –Ricardo- no ha incumplido sus obligaciones”, lo cual, según apostilló, a él le consta. “Sería bueno que se le reconozca que no ha incumplido y que se le restituya en su honor y en sus derechos”, concluyó, sin saber que sólo horas después su hermano le robaría todo el protagonismo con el veredicto de Génova ya en boca de todos.

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