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Garzón niega que percibiera dinero del Santander pese a las cartas

Garzón ha vuelto al Supremo como imputado. El juez ha preferido ir andando hasta el banquillo rodeado por una nube de fotógrafos y un reducido número de incondicionales. Los actos contra el tribunal, dice, "le perjudican". Dentro, ha intentado justificar sus muestras de afecto a Botín.

Garzón ha vuelto al Supremo como imputado. El juez ha preferido ir andando hasta el banquillo rodeado por una nube de fotógrafos y un reducido número de incondicionales. Los actos contra el tribunal, dice, "le perjudican". Dentro, ha intentado justificar sus muestras de afecto a Botín.

A las diez y veinte de la mañana el juez Baltasar Garzón llegaba a su cita con el instructor del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, caminando con pie firme desde su juzgado de la Audiencia Nacional y con su característica sonrisa a medias en el rostro. Entonces, más de medio centenar de cámaras de televisión, fotógrafos y periodistas le esperaban.

Sin embargo, a su llegada el juez se ha encontrado prácticamente solo con los medios ya que sus fervorosos seguidores han faltado en esta ocasión a la cita. Los colectivos de defensa de la Memoria Histórica no acudieron este jueves a apoyar al instructor. Apenas cinco personas han mostrado su respaldo a Garzón en su segunda declaración como imputado ante el Tribunal Supremo.

El escenario cambiaba cuatro horas y media más tarde cuando el juez estrella abandonaba el Alto Tribunal con semblante serio una vez que había respondido de sus actuaciones ante la Justicia.Según han señalado fuentes jurídicas, durante el interrogatorio Garzón ha contestado a todas las preguntas del instructor aunque ha rehusado a responder a las cuestiones planteadas por la acusación popular ejercida por los abogados José Luis Mazón y Antonio Panea. Dichos letrados son los querellantes de la causa que investiga si cometió un delito de prevaricación y otro de cohecho en relación los cobros de los cursos que el juez estrella impartió en la Universidad de Nueva York.

Los hechos se remontan al pasado mes de diciembre cuando salió a la luz pública que Garzón pidió en una carta, que contenía su firma, a Emilio Botín que financiase los seminarios que dirigió en la ciudad estadounidense. A posteriori, ya en España, el magistrado archivó una querella que se interpuso en su juzgado contra altos cargos de la entidad bancaria que lo patrocinó.

Estos hechos hicieron que el pasado enero la Sala de lo Penal del Alto Tribunal admitiera a trámite la querella interpuesta por dichos abogados.


"Nunca percibió dinero del Santander"

Sin embargo, según ha señalado el letrado del juez estrella Enrique Molina esto es "una imputación falaz" y por ello su cliente agradece al Supremo la oportunidad que ha tenido de "desmentir lo que son bulos infundados de orientación más calumniosa que de otro contenido". Molina aseguró que el respeto de su cliente por el Tribunal y el juez instructor de la causa es "máximo" y que "siente" que las "manifestaciones de apoyo a su favor" que vienen sucediéndose en los últimos días "le perjudican" aunque él "no las controla".

Asimismo, la defensa del juez estrella considera "complicado" pensar que teniendo Garzón tres querellas admitidas a trámite por el Supremo se está orquestando una campaña de acoso contra el juez. "Mi cliente no se siente perseguido; entender que el Tribunal Supremo somete a unas personas a un acto de persecución es desde el punto de vista de un profesional inasumible", señalaba Molina.

En el interior, Garzón ha dicho ahora al instructor que "nunca" percibió ninguna cantidad del Banco Santander por la organización de los citados cursos que dirigió en la universidad estadounidense y que no ha pedido cantidad alguna de dicha entidad.

En cambio, según han informado fuentes de la acusación, el juez de la Audiencia Nacional ha alegado ahora que la carta firmada por él mismo y dirigida al presidente del Santander, Emilio Botín, en realidad no fue una petición suya sino del centro Rey Juan Carlos donde impartió las conferencias.

"Con absoluta independencia de estos honorarios existía un patrocinio del Banco Santander a unos cursos que organizaba la Universidad de Nueva York", ha añadido su defensa. Paradójicamente, Enrique Molina es también el abogado de uno de los imputados por el titular de juzgado de Instrucción de la Audiencia Nacional en el caso Gürtel. En concreto, de Carmen Rodríguez Quijano, la esposa del cabecilla de la trama corrupta, Francisco Correa.

En cuanto a sus honorarios, Garzón ha declarado que ascendieron a 160.000 dólares -repartidos en mensualidades de entre 5.500 y 5.700-, gasto que asumió el Centro de Derecho y Seguridad de la Universidad y que fue concretado por sus dos directores, mientras que el Centro Rey Juan Carlos sufragó dos partidas de gastos relacionadas con la escolarización de su hija. Las acusaciones aducen, mientras, Garzón gestionó y obtuvo 302.000 dólares del Banco Santander para el patrocinio de sus conferencias y la escolarización de su hija.


Como prueba, cartas a Felipe González y Aguirre

Sobre las expresiones de afecto que dirigió a Botín en varias cartas para agradecerle el patrocinio de sus conferencias en la Universidad de Nueva York, el juez ha explicado que suele utilizar locuciones como "querido" o "un abrazo" en sus comunicaciones por escrito.

Así, ha manifestado que es "una forma habitual" de expresarse, no sabe si "acertada o desacertada" , aunque por lo que parece han sido "malinterpretadas" porque las ha utilizado, dijo, en misivas dirigidas a otras personas como los presidentes del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero ; del PP, Mariano Rajoy , y de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre .

También, indicó, se ha expresado así en cartas destinadas a Rodrigo Rato cuando era presidente del Fondo Monetario Internacional; al ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos ; al ex titular de Justicia Juan Fernando López Aguilar ; al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón , o al ex jefe del Ejecutivo Felipe González .

 

"Rifirrafe" con Marchena

Por su parte, el abogado y querellante José Luis Mazón ha asegurado que el juez estrella "ha ocultado hoy muchísima información" y que ha protagonizado un "rifirrafe" con el magistrado Marchena al que ha intentado corregir. Garzón finalmente ha pedido disculpas al instructor por sus réplicas, asegura Mazón.

Los próximos en declarar en esta causa serán son María del Mar Bernabé, funcionaria de la Administración de Justicia que acompañó a Garzón como asistente durante su permanencia en Nueva York, donde disfrutaba de un permiso de estudios; Laura Turégano, responsable del Centro Juan Carlos I de la Universidad, que organizó los cursos; y el ex director del centro universitario James D. Fernández. Todos ellos lo harán el próximo día 21 ante el Alto Tribunal.

Ésta es una de las tres causas que tiene pendientes el juez estrella en la última instancia española. Desde hace una semana Garzón sabe que deberá sentarse en el banquillo de los acusados y que se verá obligado a abandonar la Audiencia Nacional por declararse competente para abrir una causa general a la Guerra Civil y el franquismo. Junto al caso de los cobros de Nueva York y el de la Memoria Histórica, el juez se enfrente a una tercera causa por ordenar intervenir conversaciones en prisión entre varios imputados en el caso Gürtel y sus abogados.

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