Tal y como rememora el diario, todo comenzó en 1992, cuando Baltasar Garzón llamó a Rafael Vera, entonces Secretario de Estado, para invitarle a mantener un reunión con miembros de Herri Batasuna. El encuentro se celebró en el restaurante Araceli de la localidad de San Agustín de Guadalix, en Madrid.
Según La Gaceta, en la mesa de negociación se sentaron seis personas: los proetarras Rafael Díez Usabiaga (ahora liberado por el mismo juez que pidió las conversaciones), José Luis Elkoro y el abogado Iñígo Iruin. También estaban el arriba mencionado número dos de Interior, Rafael Vera, su jefe de Gabinete, José de la Puente, y el comisario Manuel Ballesteros.
Esto demuestra, de nuevo, que los encuentros de los Gobiernos socialistas con ETA han sido constantes no sólo en el Ejecutivo de Zapatero, además de la posición ante el terrorismo del juez de la Audiencia Nacional. En la reunión se habló del juez como el hombre que “pilotaba” ese intento de diálogo, dice La Gaceta citando fuentes solventes.
Uno de los presentes en la reunión, de hecho, ha confirmado que dicha entrevista se produjo. “Garzón me dijo que Iruin, que entonces estaba muy bien visto en la Audiencia Nacional, tenía mucho interés en hablar conmigo, dice Rafael Vera. Durante esa reunión se habló de ETA y se apuntaron las exigencias políticas de la banda".
El diario recuerda los sucesivos intentos de negociar entre el Gobierno y los batasunos. El liberado Usabiaga ha sido junto a Otegui el líder de la vía más cercana a la negociación dentro del entorno proetarra. De ese modo, la salida de la cárcel Usabiaga esta misma semana, liberado por Garzón en base a informes inexistentes, no parece nada casual.
En octubre, Garzón ordenó la detención de Usabiaga, Otegui y otros dirigentes proetarras del comité de dicrección auspiciado por ETA para controlar el entramado terrorista. El 25 de enero el mismo juez emitió un auto de procesamiento contra la mayoría de detenidos, incluído Usabiaga. La mayoría de los documentos incautados, recuerda La Gaceta, estaban en poder del dirigente proetarra. Incluso había cartas a ETA presuntamente escritas por Usabiaga. A pesar de ello se produjo su excarcelación.
Ésta se produjo no en base a un informe relativo a la salud de su madre que aún es inexistente. Además, ha trascendido también que el sujeto tiene dos hermanas que podrían perfectamente ocuparse de la mujer.