La entrevista ya comienza con reverencias: después de calificarle como "el juez con más proyección internacional", el periodista se entretiene en explicarnos los logros del magistrado en los cursos de verano de Torres, que organiza.
Según explica en la entrevista, Garzón "accede a hablar con El País, con la única condición de no hurgar en su procesamiento por el Supremo" pero luego añade "el magistrado no esquiva finalmente ninguno de los temas". Lo cual es cierto, a medias.
Porque el periodista, evidentemente, sí se preocupa en sacar a colación los crímenes del franquismo, sobre los que Garzón habla alegremente. Pero durante el resto de la conversación no tiene necesidad de esquivar ninguna pregunta sobre las otras dos causas pendientes en el Supremo que lo han apartado de la judicatura, porque no hay preguntas al respecto .
Con la entrevista, vuelve a venderse la idea, intencionadamente errónea, de que Garzón ha sido una víctima apartada de la Audiencia Nacional por "reunir valor para investigar" los crímenes de la dictadura.
Así, el magistrado se deshace en El País para tratar de dar muestra de una supuesta valentía: "No me arrepiento de nada, las decisiones son tomadas consciente y reflexivamente" asegura. El problema, como siempre, es de los demás, porque asegura que existe un "retroceso que se está produciendo en muchos países, y entre ellos España, en torno a los casos de justicia penal universal".
Tras vender esa imagen de mártir vapuleado, Garzón desvela sus pretensiones: "Obviamente, mi intención, si la causa concluye favorable a mí, es recuperar el puesto de la Audiencia Nacional sin perjuicio de la decisión que uno tome en su vida posteriormente. Pero estoy tranquilo y seguro de que al final se impondrá lo que corresponda en justicia" dice.
Por supuesto, el juez estrella tampoco desaprovecha la ocasión para lanzar dardos envenenados: "Que ha habido una campaña de determinados medios dirigida contra mí es evidente. Incluso en mi pueblo, que sí estuvo a la altura de la ética colectiva al margen de ideologías, se ha acosado a gentes tratando de sacar donde no había e inventar historias".
Garzón también encuentra en el sector político a quién atizar, sin poner nombres: "Ha habido algunos políticos que no han estado a la altura, no en mi caso sino con carácter general" dice.