Agentes de la Guardia Civil interceptaron en la madrugada del pasado domingo un furgoneta de ETA en la localidad zamorana de Bermillo de Sayago. Desde entonces, los expertos de la lucha contra el terrorismo están estudiando los datos que ha proporcionado la incautación para dilucidar las intentanciones de la banda terrorista.
Según fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por Vasco Press, los expertos parecen tener claro que ETA quería montar en Portugal un taller permanente para fabricar bombas, a la vista de la carga que llevaba la furgoneta. Además, creen que la organización terrorista contaría ya en el país vecino con algún tipo de infraestructura, lugar al que se dirigían los dos detenidos, a la luz de todo el material que transportaban.
Garikoitz García e Iratxe Yáñez llevaban consigo, además, una gran cantidad de dinero: 800 euros él, 10.000 euros ella, lo que según estas fuentes consultadas por la agencia vasca podría ser similar al presupuesto de un mes entero de la estructura de ETA que se dedica a conseguir y mantener la logística de la banda. Este dato económico sería otro de los indicios que harían pensar a los agentes que ETA buscaba una estructura estable en Portugal.
Según las sospechas policiales, no se trataba de montar unas cuantas bombas para hacer una campaña de atentados con base en el país ibérico, sino de construir una instalación logística destinada a mantenerse durante largo tiempo, a juzgar por las cantidades de algunos materiales electrónicos que transportaban. Estos materiales serían: Medio centenar de relojes Casio para fabricar un número idéntico de temporizadores; 25 temporizadores ya preparados; treinta sensores antimovimientos, para bombas lapa o artefactos-trampa contra tedax; y varias ampollas de mercurio, utilizadas para fabricar bombas-lapa para adosar en los bajos de los vehículos.
Otro dato que destacan las fuentes consultadas por Vasco Press, para cuantificar la gran cantidad de bombas que se podrían haber fabricado con este material, serían los 200 circuítos electrónicos, los 200 conectores de nueve voltios. Además, trasladaban con ellos dos sacacorchos para robar vehículos, junto a 200 placas de matrículas vírgenes y dos troqueladoras para manipularlas.
Otros datos que sostendrían esta tésis policial es el hecho de que en la furgoneta también se traslaban tres grandes bombonas de gas –uno de ellas preparada ya para ser rellenada con explosivo–, que los terroristas utilizan rellenando la parte de arribar con explosivos y utilizándolas como bombas-cañón, al marcar la apertura la dirección que toma la explosión y focalizándose el daño. Asimismo, traslaban pentrita, que normalmente es utilizado como potenciador del explosivo y no como explosivo único.
Por otra parte, los terroristas también llevaban en la furgoneta varios bidones de los que los terroristas suelen utilizar para construir sus zulos.