Según un escrito de los querellantes, José Luis Mazón y Antonio Panea, se afirma que la universidad ha mentido por asegurar que el juez ni recibió ni pidió dinero al Banco Santander. “Es el propio querellado el que solicita el dinero y no la universidad o el Centro Rey Juan Carlos I. Para ello se vale de su cargo de magistrado”.
“No se corresponde a al realidad el documento cuando afirma que el centro administró y gastó estos patrocinios en la realización de estas iniciativas”, publica La Gaceta.
Dicen los querellantes que la documentación aportada por la entidad bancaria pone de relieve que 100.000 dólares de los 302.000 fueron destinados a la universidad de Nueva York evitando su ingreso en las cuentas del centro Juan Carlos I en España, el que oficialmente organizaba los cursos.
Igualmente denuncian que “ninguno de estos gastos tomó la forma de compensación directa o indirecta, en dinero o en especie, al juez Garzón o su familia”. En este sentido, el documento de los gastos del patrocinio, que tiene en su poder las Sala Penal del Supremo, consta lo siguiente: “Educación de hijos a cargo (hija escolarizada en la Escuela Internacional de las Naciones Unidas) 21.650 dólares.
Según La Gaceta, se refieren también a otro documento en el que el responsable del banco en EEUU, Gonzalo de las Heras, da cuenta al presidente de la entidad de una comida con el juez celebrada el 21 de abril de 2005. “Nos habló de sus contactos con las autoridades antiterroristas norteamericans y de los programas que desde la cátedra King Juan Carlos I of Spain quiere organizar (…). Hoy me envía la propuesta que te adjunto, y que me parece importante aunque ambiciosa”
La Gaceta explica que Panea y Manzón también argumentan que otros documentos se refieren a gastos de viaje (desembolsados directamente a proveedores de servicios), y a que el centro Juan Carlos I también sufragó “la educación de la hija del juez, escolarizada en la Escuela Internacional de las Naciones Unidas durante el año escolar 2005-2006”.
Los querellantes no dan crédito a que “cobrara el inexplicable sueldo de 10.000 dólares mensuales por una tarde semanal de clase con cargo al Centro de Derecho y Seguridad de la Universidad de Nueva York, al tiempo que 100.000 dólares del patrocinio fueron desviados sin explicación” hacia la universidad que le pagó, publica La Gaceta.
El certificado firmado por el director de la universidad de Nueva York hasta 2007, James D. Fernandez, y su directora actual, Jo Labanyi, dice que el centro recibió la financiación para organizar los coloquios y que el centro español Rey Juan Carlos administró y gastó los patrocinios en la realización de estas iniciativas.
El texto de Fernandez también añade que la remuneración del juez no tiene relación con los patrocinos del Santander, porque fueron acordados “antes de la existencia de los patrocinios y no hubo ningún cambio ni en la cantidad ni en el carácter de su compensación tras la concesión de los mismos”. El instructor de Manuel Marchena, decidirá sobre este escrito y la práctica de diligencias que piden los abog ados Mazón y Panea.