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En Leganés no había casquillos ni sangre ni los documentos entregados al vecino policía

La cascada de testimonios ha continuado en la vigésimo novena sesión del juicio por el 11-M. Abrieron la jornada la cuñada y el suegro de "El Chino". Declararon que no sabían nada de que fuera muy religioso y que nunca le vieron rezar. La primera habló del marido de su hermana en presente. Después desfilaron ante el tribunal policías encargados de recoger muestras tras la explosión del piso de Leganés. Coincidieron en que no recogieron documentación de ETA atribuida luego a un agente que vivía en el mismo edificio. Tampoco escucharon a otros compañeros hablar de eso. Una abogada de la acusación preguntó por la ausencia de restos de sangre donde supuestamente se volaron los islamistas. Los testigos no supieron explicarlo. Solo uno, que entró en el piso tres días después, declaró que "claro" que había restos. Casquillos tampoco recogieron.
Zaplana: "Alguien jugó con el PP" tras el 11-M

La cascada de testimonios ha continuado en la vigésimo novena sesión del juicio por el 11-M. Abrieron la jornada la cuñada y el suegro de "El Chino". Declararon que no sabían nada de que fuera muy religioso y que nunca le vieron rezar. La primera habló del marido de su hermana en presente. Después desfilaron ante el tribunal policías encargados de recoger muestras tras la explosión del piso de Leganés. Coincidieron en que no recogieron documentación de ETA atribuida luego a un agente que vivía en el mismo edificio. Tampoco escucharon a otros compañeros hablar de eso. Una abogada de la acusación preguntó por la ausencia de restos de sangre donde supuestamente se volaron los islamistas. Los testigos no supieron explicarlo. Solo uno, que entró en el piso tres días después, declaró que "claro" que había restos. Casquillos tampoco recogieron. Zaplana: "Alguien jugó con el PP" tras el 11-M
(Libertad Digital) Los testimonios se centraron este martes en la recogida de muestras tras la explosión del piso de Leganés. Todos los agentes que comparecieron coincidieron en que ninguno de ellos encontró esa documentación sobre ETA que la Policía atribuye al agente que vivía en el mismo edificio y que ni siquiera consta en el sumario. Tampoco encontraron casquillos pese a que en el sumario figura que los supuestos terroristas que estaban en el piso dispararon a los agentes cuando se vieron rodeados. Uno de los abogados de la acusación trató sin éxito de que algún testigo policial le explicara por qué no aparecieron restos de sangre en el piso. Los agentes alegaron que no llegaron a entrar. Sólo uno dijo que "claro" que había sangre.
 
Alguno de los agentes desplazados al piso de Leganés también declararon sobre el estado en el que aparecieron los cuerpos de los supuestos islamistas. Nada le llamó la atención, dijo uno. No vio que alguno de los supuestos islamistas tuviera un cinturón de explosivos adosado al cuerpo porque "estaban muy mutilados". A este agente, cuando se ha referido al vaciado de restos de la piscina, le llamó la atención el presidente del tribunal: "Está relatando cosas que me da la impresión que no ha visto". Al momento el policía reconoció que no estuvo presente durante ese vaciado.
 
Fueron varios los Tedax que relataron sus labores en la casa de la calle Carmen Martín Gaite después de la explosión. Un inspector explicó que su misión fue iluminar mediante un foco la zona una vez anocheció para facilitar las labores y otros de sus compañeros describieron el hallazgo de detonadores y dinamita en los escombros de la vivienda. Otro explicó que cuando se dirigió al Instituto Anatómico Forense, donde se habían trasladado los restos de los supuestos suicidas, supo que se habían encontrado "pequeños fragmentos localizados por rayos X" en uno de ellos y procedió a su extracción. Encontró un fragmento de circuito electrónico de radio comercial.
 
Otro los tedax que declaró ante la sala relató que en el registro posterior a la explosión en la casa de Leganés localizaron un colchón doblado y al abrirlo se detectó un artefacto. Ante el hallazgo se desalojó la zona y se comprobó que el detonador no estaba conectado al explosivo. Contó, además, que dentro de una de las mochilas encontradas una vez se vació la piscina detectaron un subfusil. Según el agente, uno de los cadáveres encontrado estaba sin camisa y entre los restos humanos apareció un hueso adosado a un pedazo de explosivo.

La religiosidad de "El Chino", en duda

La primera en comparecer fue la cuñada de Jamal Ahmidan, "El Chino". Mariana Aguayo indicó que visitó dos veces la finca de Morata; la última, el día 13 de marzo de 2004. Acudió con su hermana Rosa y, según su relato, Ahmidan les pidió que esperaran en el coche porque había gente "rezando en una habitación". La testigo añadió que nunca consideró radical a "El Chino" y dijo ignorar si solía rezar o realizaba a su hermana recomendaciones sobre su forma de vestir. Indicó, además, que sabía que se dedicaba a la venta de droga. A preguntas de una de las acusaciones particulares, explicó que su hermana nunca le dijo si "El Chino" le había llamado el día 3 de abril, antes de que volara por los aires el piso de Leganés.

A continuación declaró el suegro de "El Chino", que dijo que únicamente le vio en dos ocasiones. La última fue el día 19 de marzo de 2004 en una fiesta celebrada en ocasión del Día del Padre en la finca de Morata. También desconocía si era muy religioso.
 
El escaso interés por la finca de Morata
 
Mohamed Nidal Acaid, propietario de la finca de Morata indicó que la Policía no se interesó por la vivienda tras su detención en 2001 y aclaró que no se trataba de su vivienda habitual y que únicamente la ocupaba con su familia algunos fines de semana. Indicó que compró el terreno a mediados de 1997 y dijo desconocer a qué personas se alquiló la casa después de su detención ya que se encontraba encarcelado. Nidal Acaid se encuentra preso en la cárcel de Palencia por su relación con una célula de caracter islamista cercana a la organización Al Qaeda.
 
El testigo añadió que se quedó "totalmente sorprendido" cuando supo para qué se había utilizado su vivienda. "Me enteré en prisión, me volví loco, estaba totalmente sorprendido", dijo. Reconoció, además, conocer a los hermanos Mouhannah y Moutaz Almallah Dabbas y explicó que el arrendamiento de la vivienda se realizó con la intermediación de un amigo y de su abogada, Yamila Pardo, sobrina de Joaquín Almunia.

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