Elena Espinosa era una de las pocas ministras que habían sobrevivido en el Gobierno desde el primer ejecutivo nombrado por Zapatero (sólo lo habían logrado ella, Salgado y De la Vega), sin embargo siempre se ha mantenido en un segundo plano dentro del Gabinete, ocupando ministerios de menor rango como el de Agricultura y Pesca, reconvertido después en de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
Sin duda su mayor "éxito" político lo tuvo en su etapa como ministra de Agricultura, cuando con un más que polémico proyecto de Ley de bebidas alcohólicas logró poner en pie de guerra al sector del vino en nuestro país, que se veía seriamente amenazado por las restricciones al consumo y la publicidad que la ministra proponía para sus caldos, al considerarlos bebidas alcohólicas comparables con los licores de más alta graduación.
Tras el profundo rechazo que la medida generó en el sector y en toda la sociedad Espinosa no tuvo más remedio que retirar su polémico proyecto, pero poco después se vio premiada con un pequeño ascenso, al asumir su ministerio las competencias de medio ambiente y el de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
Esta agrupación también fue criticada, ya que según algunos sectores los intereses de sectores como agricultura y pesca o del medio ambiente están naturalmente contrapuestos.
Desde entonces su gestión ha tenido muy escasa relevancia y prácticamente ningún impacto en la opinión publica, si excluimos que por sus responsabilidades alrededor de la pesca fue miembro del gabinete de crisis por el secuestro del Alakrana.