El etarra Ekaitz Sirvent, detenido el pasado 11 de abril en París, considerado como el último ideólogo de la banda, intentó imprimir una mayor cultura de ideología comunista entre sus militantes basándose en su admiración por la Cuba castrista y el pensamiento maoista, según informaron fuentes de la lucha antiterrorista conocedoras de la documentación que se le incautó tras su arresto en la estación de Montparnasse.
Según estas fuentes, Sirvent, pese a sus treinta años de edad y su pasado en la como terrorista callejero, no cumple con el perfil de la mayoría de etarras de su generación que en la actualidad nutren la banda terrorista. Al contrario de lo habitual, se le atribuye a este etarra -estudiante de Sociología- una cierta cultura con la que logró ganar una gran influencia ideológica en la banda a las órdenes del ex jefe de los pistoleros de la banda, Garikoitz Azpiazu Rubina, 'Txeroki', de quien era estrecho colaborador.
Las fuentes consultadas describen a este terrorista como una persona solitaria que pasaba largas temporadas sin mantener contacto con nadie, ni siquiera con otros miembros de la banda. Entre el material incautado tras su detención se encontraban diversos escritos en los que el etarra reflexioba sobre el pensamiento de los autores más radicales del Mayo Francés, en concreto, nombres de escritores muy específicos y de escasa popularidad a los que incluía también entre sus fuentes doctrinales.
Entre sus objetivos estaba el de impulsar entre los militantes de la banda una mayor formación ideologíca a caballo entre los planteamientos de la revolución cubana y la China de Mao, según las mismas fuentes, pero su detención frustró estos objetivos, que Sirvent compaginaba con la gestión del aparato de falsificación de la banda.
Los agentes que detuvieron a Sirvent pensaron en un primer momento en que se trataba de un destacado miembro dedicado a la falsificación debido a la cantidad de material informático que portaba: un ordenador portátil, diez lápices de memoria USB, tres discos duros externos y una treintena de CD'S. Pero el análisis del contenido encriptado de ese material condujo a la conclusión de que Sirvent era uno de los actuales ideólogos de ETA, si no su jefe.
A esto hay que sumarle la incautación de una lista con decenas de empresarios vascos y navarros puestos en la diana de la extorsión que la banda lleva a cabo, por lo que Sirvent también podría haber desempeñado responsabilidades como extorsionador. Hasta su detención, el dirigente etarra llevaba siete años huido de la Justicia, desde que escapó a una redada contra el grupo Donosti.
Dos días después de la detención de Sirvent, el diario 'Gara' hacía público un comunicado de la banda en la que ésta analizaba las últimas elecciones autonómicas y colocaba al nuevo Gobierno vasco en su diana. El etarra llevaba en el momento de su arresto hasta treinta borradores distintos de ese comunicado de ETA, con correcciones realizadas por él mismo.
"Queremos afirmar que el de López será el gobierno del fascismo y de la vulneración de derechos. En la medida en que no haya un cambio de actitud, los responsables políticos de esa estructura impuesta serán objetivo prioritario de ETA", decía el comunicado redactado, sin duda ahora para los investigadores, por el propio Ekaitz Sirvent.
Se le atribuyen además, si no la autoría total, sí una alta implicación en otros comunicados de ETA en los que, según las mismas fuentes, acostumbraba a plasmar recursos lingüísticos propios del discurso utilizado por los movimientos de terroristas sudamericanos por los que este etarra también sentía admiración.
Castro y el Che, ejemplos para ETA
En concreto, en el comunicado emitido el pasado mes de enero por la banda terrorista con motivo de su cincuenta aniversario, el texto llega a decir que ETA nace al hilo de lo que denomina revolución cubana, encabezada por Fidel Castro y el Che Guevara entre 1956 y 1959.
Asimismo, los agentes de la lucha antiterrorista consultados se refirieron al interés de este terrorista en torno los procesos en los que se vio inmersa la banda en los años 60 y 70 y en los que se dieron numerosas tensiones internas derivadas de los sectores denominados como 'obreristas' y los que se manifestaban contrarios a establecer acuerdos con otros movimientos de extrema izquierda fuera del País Vasco.
Estas distensiones se materializaron especialmente en lo que se denominó como la IV Asamblea, celebrada en 1965, la V Asamblea, que tuvo lugar un año después y la VI Asamblea reunida en el año 1970.