Según la encuesta, el PP obtendría, de celebrarse las generales un 42,9% de los votos, frente a un 33,3% que obtiene el PSOE. Son 9,6 puntos de diferencia, que además se refrenda en los resultados de otros sondeos. Los socialistas pierden, en todo caso, nada menos que un 10,6% de los votos, pasando de un 43,9 a un 33,3% de los votos.
En todo caso, el PP sube sólo tres puntos con su perfil bajo y una oposición centrada en el desgaste de la política económica de Zapatero. Así, aumenta su masa de sufragios del 39,9% hasta un 42,9, todavía 1,62 puntos por debajo de la mayoría de Aznar en el 2000, cuando consiguió un 44,52% de los votos.
Tal y como enumera La Gaceta, los bandazos del Gobierno, la negación de la crisis y el paro han pasado por fin factura a Zapatero. Tampoco ha ayudado la mediocre presidencia española en la UE, que ha servido de espejo internacional para la situación española. El giro radical de Zapatero generado a partir de ahí y su rectificación absoluta no han hecho más que espolear el brutal vuelco electoral. La factura del caso Gürtel apenas se refleja en un castigo electoral a los populares, aunque tampoco la corrupción parece alcanzar demasiado a los resultados socialistas.
Otros resultados que arroja la encuesta es la capitalización de la pérdida de votos socialistas por parte de IU y UPyD. Los primeros suben del 3,8% al 5,9%, pese a la debilidad interna del partido de Cayo Lara, tal y como recuerda La Gaceta. Por su parte, el partido de Rosa Díez se consolida como cuarta fuerza política con un ascenso de 2,7 puntos, llegando al 3,9% de los electores frente al 1,2 de los pasados comicios.
Iniciativas como las del Estatut y el fallo del TC, ya comunicado a la hora de confeccionar la encuesta, son decisivos en los resultados. Un sector socialista apuesta así por una formación, UPyD, que está lejos de las asimetrías promovidas por Zapatero y Montilla.
CiU mejora siete décimas su último resultado, consolidándose como una alternativa real. ERC se mantiene pese a estar en el devaluado tripartito catalán (del 1,2 pasa al 1,3%). Su estrategia de desapego al Estatut y a las políticas económicas del Gobierno le ayudan a recuperar. El PNV también sube cuatro décimas en intención de voto hasta acabar en un 1,6 por ciento.
Por otro lado, según expone La Gaceta, crece la indecisión y el voto en blanco. Una tendencia que el Centro de Investigaciones Sociológicas también confirma, y que puede leerse en clave política. Los españoles perciben a los políticos como uno de los principales problemas del país. Un 2,3% de votos en blanco frente al 1,1 de 2008 y un 5,1% de indecisos (cuatro décimas sobre los anteriores resultados) así lo refrendan.