Sortu se presentó en sociedad en Bilbao con la presencia de las caras de siempre, con los dirigentes de Batasuna-ETA en las primeras filas. Muchos de ellos condenados por colaborar con ETA.
Poco después la Abogacía del Estado presentó una demanda de ilegalización de este grupo que probaba ser continuidad de Batasuna-ETA. Además de la evidencia de que Sortu es más de lo mismo, el abogado del Estado presentó ante el Tribunal Supremo cinco conexiones directa entre los promotores de Sortu y ETA.
Sin embargo, desde ese momento voces del PSOE se empeñan en contradecir al abogado del Estado. Especialmente singulares han sido las declaraciones del mismísimo ministro de Justicia, Francisco Caamaño, que ha llevado la contraria a los elementos jurídicos del Estado y aseguró este lunes que es "evidente" que Sortu "no es ETA", pues "si fuera ETA estarían todos en la cárcel".
Menos extraño resulta escuchar a Patxi López o Jesús Eguiguren defendiendo la presencia de la nueva franquicia de Batasuna en las próximas elecciones municipales en el País Vasco. El lehendakari también sigue esta campaña de diferenciar entre Sortu y ETA. Dice no compartir esa relación "porque entonces no podría haber hecho las reflexiones anteriores en el sentido de que si la izquierda abertzale cumple los requisitos, puede tener una marca legal, independientemente de lo que sucediera con ETA".
Por último, está Jesús Eguiguren, gran defensor de la negociación y de la legalización del entorno proetarra. Este martes en El País sigue con esta estrategia y presiona para que los proetarras puedan estar presentes en los comicios bajo las siglas de Sortu.