En Génova trabajan con la hipótesis de que Alicia Sánchez Camacho mejorará ligeramente los resultados obtenidos por Daniel Sirera, anterior presidente del PPC, mientras que la federación nacionalista se convertiría en la fuerza más votada ante el descalabro de los socialitas.
Así las cosas, añaden fuentes consultadas por Libertad Digital, Camacho se convertiría en "determinante" en la conformación del próximo Ejecutivo catalán.
Ante este panorama, el líder de los populares, Mariano Rajoy, quiere que los suyos se pongan manos a la obra y allanen la relación con CiU. "El PP puede pactar con cualquier partido sin que suponga una renuncia a ningún principio ni convicción", dijo en su intervención ante la Junta Directiva del PP Gallego.
Un asunto, el del acercamiento a la formación de Artur Mas, que también será tratado en la reunión extraordinaria que Rajoy ha convocado para el martes de la próxima semana. En dicho encuentro, en el que acudirá el Comité de Dirección en pleno, el presidente del PP hará hincapié en el papel que pueda representar el partido en Cataluña.
De hecho, hasta la celebración de las elecciones, tanto Rajoy como su secretaria general, María Dolores de Cospedal, irán "muchísimo" a Cataluña. Así lo aseguran fuentes del PPC consultadas por este periódico, que recuerdan que el líder de la oposición ya ha programado "un gran acto" en esta comunidad para la segunda quincena de septiembre en la que "escenificará su apoyo a Alicia". Además, ya bien entrado el otoño, el PP celebrará una convención nacional en territorio catalán.
El PSC pide a CiU que vuelva al notario
Sin embargo, no todos en el partido están seguros de que una alianza con CiU sea positiva. Parael eurodiputado Alejo Vidal Quadras, este matrimonio sólo tendría éxito si se establece en los términos alcanzados en el País Vasco. Y para ello, apuntó, "los nacionalistas tendrían que eliminar todas las normas en contra de la libertad que ahora apoyan".
Por su parte, el PSC, consciente de que se la juega, se ha apresurado a pedir a CiU que repita la misma estrategia que siguió en las elecciones autonómicas de 2006, cuando la federación nacionalista fue ante notario para expresar su compromiso de que no iba a pactar con el PP. "CiU debería hacer un pronunciamiento rotundo de negarse a cualquier acuerdo con el PP mientras mantenga su política en contra de Cataluña", indicó su portavoz, Miquel Iceta.