El Partido Popular rediseña su estrategia de cara a la manifestación de víctimas del terrorismo, que recorrerá el próximo sábado el centro de Madrid. Si en un primer momento se hizo propia la convocatoria porque, en palabras de Esteban González Pons, "no podíamos dejar" que quienes sufren el azote de ETA "marchen solas", ahora hay una consigna en clave mucho más política.
La convocatoria se vendió como una advertencia al Gobierno para que no permita que ninguna franquicia de Batasuna se cuele en las instituciones el próximo 22-M. De hecho, y aunque después matizó, el líder de los populares vascos, Antonio Basagoiti, llegó a decir que era "en apoyo" al Ejecutivo a fin de que no dejara la senda que marcan el Pacto Antiterrorista y la alianza alcanzada en el País Vasco.
Las cosas han cambiado. Ahora sí que es una manifestación en contra el Gobierno. Con las actas de ETA sobre la negociación encima de la mesa y las muchas revelaciones sobre el caso del chivatazo, el PP ya no es tan complaciente. "Será una manifestación para dejar claro que España no se merece un Gobierno que les mienta", sentenció el vicesecretario de comunicación de Génova, en declaraciones a Libertad Digital.
Ése será el grito que corearan los dirigentes de la formación que marchen el nueve de abril, y serán unos cuantos. El asunto fue abordado en el Comité de Dirección celebrado este martes, en calidad de extraordinario y bajo un aura de total hermetismo, en la sede central del PP.
Fuentes de este órgano recuerdan que el PP se sumó oficialmente al acto, y no dio permiso -como ocurrió con las citas de Voces contra el Terrorismo- a sus dirigentes para que participaran a título personal. Por ello, Rajoy arengó a los suyos con la participación; tanto que la casi totalidad del grupo de maitines estará el sábado en Madrid, destacando a María Dolores de Cospedal, Ana Mato, el citado González Pons o Federico Trillo, que cobra relieve por ser el interlocutor con Alfredo Pérez Rubalcaba en esta materia. Soraya Sáenz de Santamaría, en cambio, estará en actos de partido en Andalucía.
Rajoy puede que finalmente asista
Pero, aún más, desde primeros de semana en Génova dejan caer que, finalmente, podría asistir el propio Rajoy, que en lo que llevamos de legislatura no ha participado en ninguna manifestación. "La época de pancartas ya pasó", se decía hasta no hace mucho. Ahora, aseguran fuentes solventes, la balanza se inclina más hacia la posibilidad de que el líder popular asista, como así le piden las víctimas.
"La agenda del presidente para el sábado no está cerrada", es la versión oficial. La oficiosa añade que se ha pasado de "tener un acto" a que "no está cerrada", lo cual es un paso significativo. La incógnita, ya advierten, parece que se mantendrá hasta el último momento.
Aguirre toma las riendas
La que sí que estará, salvo causa de fuerza mayor, será la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre. En su Comité de Dirección, celebrado el lunes, explicó a su equipo que el PP se tiene que volcar "tanto en la organización como en la participación". Por ello, se espera una destacada presencia de miembros del Ejecutivo así como de la formación regional.
Por su parte, desde el otro foco de atención -el País Vasco-, también habrá una presencia significativa, que encabezará Basagoiti y los miembros de su dirección. Sin embargo, también estarán los que nunca faltan a este tipo de citas como la todavía alcaldesa de Lizarza, Regina Otaola.
Una manifestación que será caldeada en la víspera, durante la cumbre de eurodiputados que el PP celebrará en la capital de España, y que contará con la presencia de Rajoy. Cabe recordar que el grupo de populares en las Cámaras comunitarias comparten las tesis de su jefe, Jaime Mayor Oreja, sobre el hecho de que el Ejecutivo y ETA mantienen un diálogo soterrado. "No nos callaremos", ya advierten. La mayoría de ellos, Mayor a la cabeza, también estarán el 9-A para clamar contra "un Gobierno mentiroso".