En plena polémica por la petición de la Fiscalía de la Audiencia Nacional al juez Garzón de que se archivase el chivatazo a ETA, el soplo a los miembros de la red de extorsión de la banda terrorista podría estar cerca de resolverse.
El 4 de mayo de 2006, el propietario del bar Faisán de Irún (Guipúzcoa), Joseba Elosúa, uno de los principales intermediarios de la extorsión de ETA, fue abordado por un persona que, tras identificarse como policía, le pidió que hablase por su teléfono móvil. Al otro lado de la línea, otra persona, que se identificó también como miembro de la Policía, le advirtió que estaba preparada una intervención policial para detenerle a él y a otros miembros de la red de extorsión de ETA si cruzaba la frontera francesa, tal y como tenía previsto, con un maletín con dinero para la organización terrorista.
El chivatazo, realizado en pleno proceso de negociación política entre el Gobierno Zapatero y los terroristas de ETA, hizo que la operación conjunta hispano-francesa que estaba preparada en suelo galo quedase frustrada.
Elosúa no dudó en poner el contenido de esa llamada en conocimiento de su cuñado, lo que permitió a las Fuerzas de Seguridad tener conocimiento del chivatazo, dado que la línea telefónica del dueño del bar Faisán se encontraba intervenida. El juez Marlaska abrió entonces una investigación, que posteriormente pasó a manos de Garzón cuando este último volvió de su viaje de estudios en Nueva York.
La investigación fue llevada a cabo tanto por la Policía Nacional como por la Guardia Civil, aunque finalmente el juez Garzón decidió que sólo se encargase de la misma la Policía.
Según informó este jueves Antena 3 Televisión, el autor del soplo fue el propio inspector jede de la Policía encargado de llevar a cabo la investigación del chivatazo a la red de extorsión de ETA. El mismo que, según los sindicatos policiales, era el encargado de controlar las cámaras de seguridad que vigilaban el domicilio y el bar de Elosúa, que podrían haber servido para identificar al agente que entregó el teléfono a Elosúa, pero que en el momento del soplo se encontraban apagadas.
El miércoles, los sindicatos policiales CEP y UFP ya mostraron sus dudas sobre la investigación del chivatazo en declaraciones a Libertad Digital TV. Entonces, el portavoz de la Unión Federal de la Policía (UFP), Alfredo Perdiguero, consideró que "a lo mejor hay que investigar a los investigadores". En el mismo sentido se había expresado también el secretario de organización de la Confederación Española de Policía (CEP), Lorenzo Nebreda: "no podemos poner a investigar –el chivatazo a ETA– a personas que estaban en la investigación –el operativo desde el que salió el chivatazo– de forma directa".