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El policía Manolón dice que Trashorras, su confidente, le controlaba con llamadas al móvil

El que fuera inspector jefe de estupefacientes en la comisaría de Avilés, Manuel García Rodríguez "Manolón", tenía como colaborador desde, aproximadamente, el año 2001 al ex minero Emilio Suárez Trashorras. Ha sido el último en declarar este lunes y sólo ha dado tiempo a que contestara a las preguntas, muy dirigidas, del fiscal Zaragoza. De su declaración, se desprende que el colaborador fue controlador y viceversa. A preguntas del Ministerio Público sobre un número muy significativo de llamadas que le había realizado Trashorras, "Manolón" respondió que era una forma de que el ex minero le tuviera "controlado". 

El que fuera inspector jefe de estupefacientes en la comisaría de Avilés, Manuel García Rodríguez "Manolón", tenía como colaborador desde, aproximadamente, el año 2001 al ex minero Emilio Suárez Trashorras. Ha sido el último en declarar este lunes y sólo ha dado tiempo a que contestara a las preguntas, muy dirigidas, del fiscal Zaragoza. De su declaración, se desprende que el colaborador fue controlador y viceversa. A preguntas del Ministerio Público sobre un número muy significativo de llamadas que le había realizado Trashorras, "Manolón" respondió que era una forma de que el ex minero le tuviera "controlado". 
(Libertad Digital) El inspector jefe de estupefacientes en la comisaría de Avilés, Manuel García Rodríguez "Manolón, ha sido el último en declarar este lunes. El ex minero José Emilio Suárez Trashorras había sido su colaborador. Aunque jamás le mencionó nada relativo a los explosivos ni tampoco sobre los supuestos autores de los atentados. Nunca, hasta después del 11-M, escuchó hablar de "Jamal Ahmidan", "El Chino" o "Mowgli" o de Rafa Zouhier. De hecho, fue el propio Trashorras quien después de los atentados le comunicó su sospecha de que podían haber sido los "moritos" los causantes de la masacre.
 
El ex minero tuvo que advertirle de su sospecha hasta en tres ocasiones, sin que el inspector se interesase lo más mínimo por sus palabras. Cuando "Manolón" se decidió a preguntarle si tenía algún dato en el que basarse para afirmar aquello, Trashorras le informó que uno de los "moritos" con los que trataba le había dicho "si no nos vemos en la tierra nos veremos en el cielo". "Y le estoy llamado y no me coge la llamada", le contó el ex minero.  
 
El que en el momento de los atentados fuera inspector jefe de estupefacientes en la comisaría de Avilés declaró que comenzó sus contactos con Trashorras "a raíz de la operación Pipol". Desde ese momento el ex minero se convirtió en un activo colaborador de "Manolón", y gracias a su ayuda se llevaron a cabo exitosas operaciones que concluyeron con arrestos de varias personas, así como con alijos de droga bastante importantes. Sin embargo, Suárez Trashorras, según declaró el inspector, "nunca me dio información de que alguien traficara con explosivo", por lo que "nunca sospechó" que él pudiera hacerlo. Es más, "Manolón" afirmó que sus compañeros en Oviedo sí estuvieron investigando a José Emilio por una información que recibieron de que podía estar "traficando con dinamita. Aunque me dijeron que la gestión había sido negativa". "Pero yo nunca lo vi y tampoco me dio información sobre explosivos".
 
También le contó que en 2003 había viajado a Madrid con Carmen Toro para dar un regalo a un "morito" que había tenido un niño, por lo que "no le di importancia". Y en 2004 le informó que los moritos, aunque no sabe si serían los mismos, se dedicaban a "subir desde Madrid hachís que lo cambiaban en Pontevedra por cocaína" y que hacían la ruta del norte por el País Vasco. "Aunque no volvió a hablarme de ese tema. No me dio nombres, ni me entregó fotos".
 
A finales de 2003 le vio por Avilés, desde su casa, "acompañado por dos personas de raza árabe". Llamó entonces a sus compañeros para ver si podían conseguir las matrículas de estas personas. Pero no las consiguieron.
 
El fiscal se interesó por saber si unos días antes del 11-M su mujer le había echado de casa. "Sí, una noche". Manolón se encontraba en un bar y apareció Suárez Trashorras. Le contó que su mujer, Carmen Toro, le había echado de casa porque le habái visto con "moritos" y eso no le gustaba. "Pero tampoco le di importancia porque siempre estaba con cosas de esas". Tampoco le nombró nunca a Lavandera, en cambio sí lo hizo de Nayo "a raíz de la detención". Sobre su cuñado, Antonio Toro, Trashorras le comunicó sus dudas, una vez que éste quedó en libertad, sobre la posibilidad de que hubiera vuelto a trapichear.
 
Tampoco oyó nunca hablar de la finca de Morata de Tajuña. En resumen nunca escuchó antes del 11-M ninguno de los nombres de los presuntos terroristas, ni lugares donde se reunieron o presuntamente guardaban los explosivos. Y es que tal y como se desprendió de su declaración ante Gómez Bermúdez, más bien parecía Suárez Trashorras el controlador del inspector de Avilés y éste a su vez su colaborador. Y es que cuando el fiscal le pregunta por un número muy significativo de llamadas que el ex minero realiza a "Manolón", entre finales de noviembre de 2003 y marzo de 2004, éste respondió que "era una forma de tenerme controlado".
 
Sobre la agenda que Trashorras le entregó a finales de 2003, el inspector señaló que el ex minero se la dio como un regalo. "La fotocopié y se la devolví. Había teléfonos y algunas anotaciones, aunque él no me dijo de qué, y tampoco nos sirvió de mucho". "Quedó en comisaría. No le di importancia, pero cuando ocurrió el atentado y vinieron los compañeros de Madrid yo se la mostré".
 
Zaragoza también se interesó por saber cómo trascurrió el interrogatorio que le realizaron sus "compañeros de Madrid" en la comisaría de Avilés. "Manolón" relató que cuando por fin decidió dar crédito a las sospechas que Trashorras tenía acerca de la participación de los "moritos" en el 11-M, el 15 de marzo, "me pongo en comunicación con Madrid. Al día siguiente se presentaron preguntando por el teléfono de Carmen Toro". Les explicó entonces todo lo que sabía de ella. Llamó entonces a Suárez Trashorras. "Al principio de la declaración, hasta más o menos, las cinco de la tarde estaba yo presente". "El fue voluntariamente a contarles lo que me contó a mí". "¿Estaba también Carmen Toro?", le preguntó el fiscal. "Sí", respondió "Manolón".
 
A continuación, Manuel García Rodríguez narró que a la hora de cenar se fueron tres o cuatro personas a un restaurante. "Al rato aparecieron en el mismo restaurante Emilio con los tres compañeros que le estaban interrogando". Es en ese momento cuando los policías encargados del interrogatorio les indican que van a seguir sacándole nombres y les instan a irse a casa y volver a comisaría a la mañana siguiente. "Cuando llegué le leyeron los derechos como detenido". Sobre la carta que le mandó desde la cárcel de Suárez Trashorras dijo vio "un fragmento en un periódico".    

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