El mismo día en que concluía el plazo para la presentación de las enmiendas a la totalidad, el Gobierno y el PNV oficializaron el acuerdo para sacar adelante las cuentas públicas, lo que garantiza, de momento, la continuidad del Gobierno Zapatero. Pero además ambas partes enfatizaron que el acuerdo va más allá: Alonso afirmó que "trasciende" las cuentas públicas. Urkullu y Erkoreka, exultantes, celebraron que se abre la puerta a más traspasos relativos a la caja única y se refirieron a las consecuencias que puede tener la estabilidad del gobierno de Zapatero para la política antiterrorista. Con sus palabras, y las de Egibar, terminaba de confirmarse que ETA sí estuvo encima de la mesa.
Tras una primera alusión de De la Vega a la inminencia del acuerdo, el primero en confirmar oficialmente el pacto fue el PSOE. Tras confirmarse que el PNV no había presentado moción alguna contra los presupuestos, José Antonio Alonso compareció ante los medios para presentar los últimos flecos de un acuerdo que ya se anunciaba tras el pacto, semanas atrás, del traspaso de las políticas activas de empleo, que suponía, en la práctica, la ruptura de la caja única y una puerta abierta para más transferencias.
En su comparecencia, además de detallar lo más destacado de los 20 traspasos prometidos al País Vasco, y promesas como el cambio de nombre de las provincias vascas, Alonso especificó que el acuerdo no fija un espacio temporal concreto para su vigencia. Su preámbulo, sin embargo, sí especifica que "trasciende de la estricta tramitación presupuestaria", en aras de la estabilidad política, económica e institucional "que es deseable para la marcha del país" y para la salida de la crisis económica.
Horas más tarde, el presidente del PNV confirmó los términos del acuerdo. En su comparecencia, Íñigo Urkullu destacó los traspasos logrados por su Gobierno, resaltando en especial las políticas de empleo, y también se refirió a otros aspectos del pacto para lograr la "estabilidad" del Ejecutivo central.
Afirmó que "el tiempo (de estabilidad) ganado para el cumplimiento de esta legislatura" brinda al Gobierno "una oportunidad para profundizar en la normalización política". Según dijo, su partido "se ha ofrecido para participar en la normalización política y en procesos de pacificación que puedan darse en nuestra sociedad" para lograr "esa anhelada ausencia de violencia". "Creemos que es una oportunidad", apuntó Urkullu, "el tiempo ganado no se puede desaprovechar, tampoco el Gobierno español". Su partido, insistió, "está dispuesto a colaborar con quien tenga voluntad en ambas cuestiones, pacificación y normalización".
Sus declaraciones llegaban después de que esta mañana Joseba Egibar revelara que la negociación, o "pacificación", como denomina el PNV, estuvo "encima de la mesa". Apuntó, que las "decisiones" de Zapatero "pueden ser determinantes" en este ámbito. Preguntado por si se habló de ETA en las reuniones, el portavoz socialista, Juan Antonio Alonso, lo negó rotundamente en declaraciones a esRadio.
Además, en su comparecencia Urkullu calificó el pacto de "paso determinante, definitivo, para el cierre del Estatuto de Guernica". Para firmarlo, dijo que les ha movido "defender lo que en justicia se tenía que haber cumplimentado hace muchos años". "Más allá de eso", continuó, "nos ha movido que somos conscientes de cuál es la situación económica que afecta al Estado español". Según el líder del PNV, existe la "necesidad de una estabilidad, de poner las bases para salir cuanto antes de la crisis" y no de generar "una situación de incógnita" e "incertidumbre" que se crearía si no salieran adelante las cuentas públicas.
En el turno de preguntas, el portavoz parlamentario, Josu Erkoreka, se refirió a uno de los logros de los nacionalistas: el traspaso de las políticas activas de empleo que en la práctica supone la ruptura de la caja única de la Seguridad Social. El diputado, en efecto, lo admite así: celebró que en ese punto, "por primera vez se reconoce" desde un Gobierno "que hay materia que explorar".