El jefe de filas del PP, Mariano Rajoy, se ha declarado este domingo "orgulloso" de la Xunta y de su presidente, el líder de los populares gallegos Alberto Núñez Feijóo, cuya gestión "austera, sin improvisaciones ni bandazos" ha ensalzado. Como era de esperar, no ha mencionado la política lingüística que Feijóo se comprometió a llevar a cabo en las elecciones y que sigue sin tocar.
Ya en clave nacional, ha subrayado que el "grueso de políticas" en materia económica "son del Gobierno de España", aunque ayuntamientos y autonomías pueden "ayudar o complicar las cosas".
En la clausura de la convención que el PPdeG celebra bajo el lema de 'Vente!', Rajoy aseguró que la Xunta se encuentra en el primer supuesto porque "tiene un plan económico y lo lleva adelante". "No improvisa, ni da bandazos, ni rectifica cada día; Galicia tiene un gobierno austero que cumple la ley de estabilidad presupuestaria, un gobierno valiente que se atreve a tomar medidas como el catálogo priorizado de fármacos y que genera confianza, seguridad y certidumbre", aplaudió.
En el polo opuesto, situó al Gobierno central, con José Luis Rodríguez Zapatero al frente, y a "quienes apoyan y pelotean" a los socialistas. Sin embargo, se mostró optimista con respecto a los resultados de los populares en próximas citas con las urnas -precedidos por el triunfo del PPdeG, al que se declaró "honrado de pertenecer", en las autonómicas de 2009- y proclamó que su gran reto será "el empleo".
"Los compostelanos dirán el 22 de mayo: Zapatero, tú no, Gerardo Conde Roa alcalde de Santiago", ejemplificó el líder del PP, quien felicitó a los populares gallegos por "el sentido" de la convención celebrada este fin de semana. "Se trata de escuchar a todos y de exponer nuestras ideas", resumió el espíritu de la cita.
A continuación, Rajoy abordó la crisis y los "momentos difíciles" que muchos españoles están atravesando. "Ya llevamos demasiado tiempo en esa situación –dijo- y el futuro todavía no está claro". No obstante, lo que España tiene no es un "problema ideológico, sino un problema de competencia. Se necesitan gobiernos competentes, serios, que sepan gestionar la economía y gestionar la riqueza. Otros cada vez se radicalizan más, y cuanto más lo hacen más se radicalizan. La gente quiere unión, concordia", dijo en su discurso en Santiago. En definitiva, España "tiene una urgencia un gobierno que tenga un criterio, no varios".
Rajoy hizo aquí una velada referencia a los que "les apoyan y pelotean", en un momento en el que el desempleo afecta a más del 20% de la población. Por eso, el objetivo de su partido será atajar "el desempleo" en "todas las administraciones donde gobierne".
"Es imposible ayudar a este gobierno"
Rajoy continuó su análisis asegurando que "quien tiene un empleo, en un país donde hay mas de 4.700.000 que quieren trabajar o no pueden, quien tiene un empleo se siente útil, quien tiene un empleo se siente bien". Esto, dijo, "es la plasmación gráfica de la ineficacia absoluta de un Gobierno. Siete años después igual que en 1996, estamos a más del 20 por ciento, esta gente no sabe gestionar la economía".
El resultado, dijo, es que ahora hay que pagar "más de 30.000 millones de euros en seguros de desempleo". "Simplemente con reducir el paro a la mitad, el estado se ahorraría 15.000 millones, que servirían para mejores servicios públicos, pensiones, sanidad...". En definitiva, y en referencia al tema candente de las pensiones reducidas por el Ejecutivo, Rajoy subrayó aquello que ya ha dicho en ocasiones anteriores sin ninguna novedad: "Cuanta mas gente trabaje y cotice mejores serán las pensiones. Eso es algo que son incapaces de entender".
El suyo será, en su lugar, "un gobierno serio, que aunque no te guste esa, ni ese ni ese, le reconozco entidad para ser el Gobierno de mi país, que no cambie cada media hora aunque no te guste el plan. Es mejor una regla de juego mala que la ausencia de reglas de juego".
El presidente del PP abordó también el tema de las cajas de ahorro, y sobre el mismo dijo que él y su partido "siempre ha apoyado al Gobierno" en este sentido. Ahora, "acuciados por los mercados"; piden de nuevo "confianza" y "dinero". "Estamos dispuestos a colaborar para que se hagan las cosas bien, pero colaborar es que se haga caso". "No queremos –dijo- un país donde solo haya dos o tres entidades, la competencia es buena y sana y facilita el crédito. No queremos una reforma que sea un varapalo al crédito en nuestro país. Nos oponemos a la nacionalización de nuestras entidades".
En definitiva, pidió austeridad. "Si estamos como estamos y no nos prestan fuera, es porque hemos gastado lo que no teníamos. Llevo tres años y medio diciéndole al señor Zapatero que no gaste lo que no tiene. Él dice que no hacemos propuestas", dijo, para reivindicar la necesidad de una ley de estabilidad presupuestaria que "controle el déficit, establezca un techo de gasto y endeudamiento, y vivir de acuerdo a nuestras posibilidades". La conclusión es que "Zapatero ha hecho el mayor recorte de derechos sociales en la historia de España porque no ha sabido gestionar la economía".
"Injusta" ausencia de Zapatero
Aprovechando su presencia en la capital gallega, donde "nació, estudió y vivió menos de lo que le hubiera gustado", Mariano Rajoy recordó también el pasado Año Santo 2010 y volvió a cargar contra la ausencia de Zapatero. "Empezando por el Papa Benedicto XVI, aquí estuvieron todos los que quisieron y pudieron; sólo faltó una persona, pero él se lo pierde", apuntó, en referencia al presidente estatal.
En este escenario, insistió en que la suya fue "una ausencia gratuita e injusta" para Galicia y también para España puesto que "tampoco era tan difícil dejarse caer" por la Comunidad. "Ningún presidente de ningún país civilizado hubiera hecho esto, es algo absolutamente impensable", reflexionó, para concluir que, en todo caso, la ausencia de Zapatero "empequeñece su figura" y "engrandece más si cabe" la de la capital gallega.