(Libertad Digital) Esta semana hubo ración doble de 59 segundos; una para seguir las mentiras de Zapatero y la habitual sobre asuntos de actualidad con periodistas. Entre ellos estaban Casimiro García Abadillo, vicedirector de El Mundo, y Vicente Jiménez, director adjunto de El País. El asunto: los espionajes.
Como el diario del grupo Prisa ha sufrido una de sus peores semanas estirando la historia –este viernes se ha tenido que sacar de la manga una encuesta sobre su propia noticia– el representante de Fernando Mercado se dedicó más bien a esquivar críticas y a no parar de hablar sin decir nada. Pero Casimiro, siempre más pausado, lanzó el dardo: cómo se puede atrever un periódico nacional a lanzar una serie de exclusivas con tan escaso material. La pregunta despertó a Vicente Jiménez:
- “Es una satisfacción para todos los periodistas del medio haber destapado este asunto. Más que nada por los ataques que hemos recibido, los insultos y las amenazas que hemos recibido, no sólo de políticos del PP, sino también de periodistas a sueldo de la Comunidad de Madrid”.
En tan pocas palabras y sin presentar una sola prueba, el vicedirector de El País no dejó títere con cabeza: Esperanza Aguirre tiene periodistas a sueldo y, con su ayuda, han amenazado a El País.
Ante la interpelación realizada por la subdirectora de La Razón, Esther Palomeras, que participaba en ese programa para que ante esa acusación tan grave diera nombres y apellidos de los supuestos periodistas a sueldo de la Comunidad de Madrid, el director adjunto de El País, lejos de enmendarse, contestó, eso sí sin aportar datos concretos: “Ya me gustaría a mi que el panorama de la prensa en Madrid fuera el que describe pero por desgracia para todos y para nuestra profesión no es así en absoluto”.
En un comunicado, la Comunidad de Madrid considera que "estas afirmaciones suponen, además, un claro ataque a la libertad de expresión de los periodistas que trabajan en Madrid".
Transcurridos dos días de la emisión de ese programa, el director adjunto de El País no sólo no ha pedido disculpas a la Comunidad de Madrid por esas “gravísimas acusaciones”, sino que "tampoco lo ha hecho a los periodistas de Madrid, que han visto atacada su honorabilidad en el ejercicio de su profesión".
La Comunidad de Madrid entiende que estas acusaciones suponen un ataque frontal a la libertad de expresión consagrada en la Constitución y solicita a la Asociación de la Prensa de Madrid que defienda a los profesionales de estos ataques falsos y calumniosos.