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El otro Rubalcaba: "El juez Garzón no es el paladín de la independencia"

Ha pasado más de una década desde que Alfredo Pérez Rubalcaba criticara con dureza al juez Baltasar Garzón. Dado que ahora le defiende, no está de más echar un vistazo a las hemerotecas.

(Libertad Digital) Algunos ejemplos de la opinión de Alfredo Pérez Rubalcaba y de cómo defendía a Felipe González.

El 18 de mayo de 1996 en "Los Desayunos" de Radio Nacional: "El juez Garzón no es el paladín de la independencia de la justicia que todos predicamos" ni es "el mejor juez" para el caso GAL.

Aquella mañana de mayo de hace trece años, Rubalcaba se despachó a gusto contra el juez Garzón. Dijo que no podía ser "del todo neutral respecto a quienes juzga, pues ha colaborado con ellos en el Ministerio del Interior". No se quedó ahí Rubalcaba que llegó a insinuar que otro juez de la Audiencia Nacional, Gómez de Liaño, rechazaba una recusación de Rafael Vera contra Garzón, porque ambos magistrados eran amigos. Rubalcaba dijo que había visto muchas veces en los medios la fotografía de Garzón y Liaño "yendo a tomar café juntos". 

Pero no fue la única vez que se le calentó la boca hablando de Garzón.

El 12 de septiembre de 1996 dijo en "Radio Voz" que Baltasar Garzón "tiene un mono tremendo de Parlamento, prensa y medios de comunicación". Rubalcaba consideró que un auto judicial emitido por el magistrado de la Audiencia Nacional el día anterior en el que criticaba la decisión del Ejecutivo de no desclasificar los papeles del CESID, es más una contestación política que un auto judicial. "El juez Garzón ha decidido sumarse a la técnica de la carta abierta para hablar con el Gobierno; él lo llama auto, claro. Hay una nueva forma de hacer política. El auto es eminentemente político, podría ser la réplica parlamentaria si no hubiera abandonado la política", agregó el hoy ministro del Interior y entonces portavoz del PSOE.

El 19 de noviembre de 1999, en declaraciones a la prensa recogidas por la agencia Efe, Rubalcaba valoraba la petición de Garzón al Tribunal Supremo para ver si podía imputar a Felipe González en el "caso Oñaederra". Después de decir que los dirigentes del PP habían "anunciado" que su estrategia era "mirar hacia atrás con ira, mirar al pasado con rencor", Rubalcaba añadía que "no somos tan ingenuos como para pensar que estas cosas suceden por casualidad", en referencia a la petición de Garzón.

El 30 de julio de 1995, Rubalcaba, que era por aquel entonces portavoz del último gobierno de la era felipista, decía, en declaraciones a Efe, que el gobierno estaba tranquilo porque "la opinión que el juez Garzón ha trasladado al Supremo" se basaba exclusivamente en declaraciones falsas y "nadie podrá probar nunca una mentira". Rubalcaba señaló que el juez Garzón había dado verosimilitud a unas declaraciones, las de ex dirigente socialista Ricardo García Damborenea, que eran "absolutamente falsas". "Es evidente –precisó el ministro– que la verdad no puede venir de quien todos los españoles saben que ha mentido" y al "señor Damborenea sólo le puede creer quien quiere creerle a ciegas". Rubalcaba concluía señalando que "es exclusivamente una opinión jurídica del juez Garzón de la que, por cierto, me he enterado a través de los medios de comunicación".

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