LD (Ángela Martialay) El pasado día 23 de diciembre el Tribunal Superior de Justicia de Murcia lo alejó de su cargo por un retraso en el proceso de adopción de un aniña por parte de una pareja de lesbianas.
Calamita explica en su misiva que su intención fue en todo momento velar por el interés de la menor. “Deseo para Candela lo mejor. Que crezca sana física y psíquicamente. Tiene derecho a ello.”, dice el magistrado.
Por otro lado, el juez narra las presiones que ha sufrido en este proceso judicial por el mero hecho de “ser católico”. “Desde un principio se me imputó por ser católico. Pues la imputación debe serlo con todas las consecuencias y, entre ellas, esa: un católico no puede odiar. Es básico en la religión católica. Yo no siento odio, desprecio o animadversión hacia los homosexuales, como no la siento hacia los negros, gitanos, inmigrantes, etc”, enfatiza el juez de familia.
Por último, habla de como se está intentando "que me vaya de Murcia y se me exige dinero para archivar el caso. Soy un Juez díscolo y rebelde, se me dice. Será porque no acepto sobornos ni chantajes. Basta que se me quiera echar de Murcia para que me quede, por lo menos por ahora”, subraya Ferrín Calamita.