José Luis Álvarez Santacristina, alías Txelis, "es una persona distinta a la que entró en prisión para el cumplimiento de condena, mostrando un rechazo absoluto a la violencia y unas convicciones personales y morales firmes y sólidas al respecto". Éste es el principal argumento que el juez de vigilancia penitenciaria de la Audiencia Nacional José Luis Castro ha valorado a la hora de avalar el régimen de semilibertad – el artículo 100.2 del Régimen Penitenciario- concedido por el Ministerio del Interior al exjefe de la banda terrorista.
En un auto hecho público este viernes, el magistrado ha aprobado la propuesta de Instituciones Penitenciarias de que Álvarez Santacristina pueda salir de la cárcel de Nanclares de Oca (Álava) varias horas al día para hacer un curso de formación. A partir de ahora, el preso sólo deberá acudir a prisión a dormir ya que de lunes a viernes disfrutará de salidas para asistir a un programa de atención especializada. Por su parte, los fines de semana deberá permanecer en la cárcel.
De Castro ha adoptado esta decisión a instancias de la Fiscalía, que ha respaldado la petición de la Junta de Tratamiento de la prisión alavesa, que consideró que "Txelis", expulsado de la banda en 1998, responde a todas las exigencias legales para poder acogerse a esta medida.
En concreto, José Luis Álvarez Santacristina cumple el próximo lunes con el requisito de pasar la mitad del tiempo condena –30 años en su caso- encarcelado, además ha acatado los permisos de salida anteriormente concedidos sin incidentes, ha manifestado por escrito su renuncia a la violencia y ha pedido perdón por el daño causado a las víctimas del terrorismo. Asimismo, Txelis se ha comprometido a hacer frente en la medida de sus posibilidades a la responsabilidad civil derivada de sus acciones terroristas.
Estos datos conducen al juez de Vigilancia Penitenciaria a afirmar que "su desvinculación de la banda terrorista ETA es total y manifiesta, no acatando ninguna de sus directrices, e incluso criticándolas cuando tiene ocasión". En el auto, De Castro recuerda que el que fuera ideólogo de ETA en los 90 condenó, por ejemplo, el atentado que acabó con la vida del concejal del PP, Miguel Ángel Blanco.
Además, el magistrado de la Audiencia Nacional recuerda que "toda la Ley Penitenciaria está encaminada a la reeducación y reinserción de los internos". Por este motivo, entre otros, el juez sostiene que "en el presente caso, el artículo 100.2 del reglamento penitenciario hace posible el alejamiento del interno de los postulados y medios e instrumentos criminales de la organización terrorista ETA" y que "permite dar una respuesta proporcionada y constante a los esfuerzos de los internos por separarse del entorno de una organización criminal".
Un amplio historial etarra
José Luis Álvarez Santacristina fue uno de los máximos responsables de ETA a finales de los ochenta y principio de los noventa. Conformó junto a Francisco Mújica Garmendia, Paquito, y José María Arregui Erostarbe, Fiti, el denominado colectivo Artapalo, nombre en clave con el que ETA denominó a su dirección, compuesta por el responsable de sus grupos asesinos, el responsable de la estrategia y el responsable de la logística.
Bajo el mandato de este triunvirato, la organización terrorista cometió algunos de sus atentados más sanguinarios, como el de la casa-cuartel de Zaragoza o el atentado contra el centro comercial Hipercor en Barcelona. Felizmente, las Policía francesa y la Guardia Civil les detuvo en marzo de 1992 en la villa "Etxe-Maitia", situada a las afueras de la localidad gala de Bidart, en la que fue la operación antiterrorista más importante que se había desarrollado hasta la fecha.
Tras cumplir condena en Francia, Txelis fue trasladado a España donde fue condenado por el asesinato del secretario de Estado Manuel Broseta.
Como miembro de la dirección de ETA fue el ideólogo del terrorismo callejero. Desarrolló la creación de tres grupos dentro de la organización terrorista. En primer lugar, los grupos X, encargados de llevar a cabo actividades de agitación política y bajo la influencia del brazo político de ETA, Herri Batasuna. En segundo lugar, los grupos Y, que llevarían a cabo actos de terrorismo callejero contra intereses públicos y privados. Estos grupos estarían conformados por menores de edad, pues en aquel momento la ley les juzgaba únicamente por un juicio de faltas. El tercer grupo, estaban los grupos Z, que son los propios grupos de ETA.