Según investigaciones del alemán Hartmut Heine y de historiadores gallegos como Alberto Maceira o Lupe Martínez –señaladas por Fernández Barbadillo– el reorganizador del PC en Galicia y el norte de Portugal fue condenado por la propia organización comunista, acusado de "infiltrado" y de "estar en contacto con los servicios aliados en la red de evacuación de pilotos derribados en el frente europeo" y que, desde Francia, cruzaban por Galicia hacia Portugal.
Su hijo acusaba a Carrillo y a La Pasionaria de ordenar el asesinato de su padre. "No fue asesinado en un tiroteo con la Guardia Civil, como siempre habíamos creído mi madre y yo, sino que el comité central del PC, asentado en Francia y comandado por Dolores Ibárruri y Santiago Carrillo, juzgó que la labor realizada por mi padre al frente del partido en Galicia no coincidía con sus proyectos y decidieron asesinarlo. Y los asesinos enviados por el partido lo lograron en el año 1948", relata Víctor, afincado en Orión (Cantabria).
Pedro Fernández Barbadillo recoge algunas de las afirmaciones realizadas por el comunista en la SER y en El País. En la radio de Prisa, Carrillo llegó a decir hace tan solo dos años: Todos hemos sido terroristas.
En 2005, en el periódico de Juan Luis Cebrián señalaba: Incluso, en algún caso, yo he tenido que eliminar a alguna persona, eso es cierto; pero no he tenido nunca problemas de conciencia, era una cuestión de supervivencia, porque estaba en juego también la vida de muchos militantes, que muchos de ellos acabaron en la cárcel o ejecutados.