(Libertad Digital) El Ejecutivo de Rodríguez Zapatero únicamente ha expresado un tímido rechazo al macroproyecto urbanístico en Gibraltar en el que están ganando miles de metros en aguas jurisdiccionales españolas. Sin embargo, la preocupación del Gobierno pasa por las consecuencias medioambientales. La invasión de su soberanía parece no ser relevante para las autoridades españolas.
De hecho, según informa ABC, esta expansión de Gibraltar supone una vulneración del Tratado de Utrecht que dice que España sólo cedió a Gran Bretaña "la ciudad y castillos de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen". No se incluyó nada de las aguas que no sean las del propio puerto original de la colonia.
El diputado popular José Ignacio Landaluce ya envió una pregunta parlamentaria en mayo de 2008 sobre el conocimiento que tenía de esta construcción y que fue ignorada completamente.
En este proyecto se prevé la construcción de rascacielos, hoteles de lujo, miles de apartamentos, piscinas y hasta un puerto deportivo con capacidad para 500 embarcaciones y en la que puedan atracar grandes transatlánticos. Y todo ello se producirá en terrenos ganados al mar mediante rellenos, utilizándose para ello hasta chatarra y electrodomésticos.
En su respuesta parlamentaria, el Gobierno reitera que ha expresado su rechazo al proyecto en varias ocasiones debido a su impacto medioambiental. Sin embargo, sí encuentra un culpable: José María Aznar. En este sentido, el Ejecutivo asegura que tiene conocimiento de estas obras "desde 1997", con el popular de presidente.
Pero las consecuencias de este relleno de aguas españolas ya se empieza a notar en el litoral este del Peñón donde en las Playas de la Línea de la Concepción la dinámica de las mareas está cambiando.