(Libertad Digital) El jurado del VI premio Convivencia Cívica del Foro de Ermua, compuesto, entre otros, por María San Gil, Rosa Díez, Mikel Buesa, Mario Vargas Llosa, Ignacio Astarloa o Jon Jauristi, ha concedido el galardón al presidente de la patronal navarra José Manuel Ayesa y a la madre de Joseba y Maite Pagazaurtundua.
La elección de Pilar Ruiz Arbisu madre del socialista Joseba Pagazaurtundua asesinado por ETA en Andoain, se produce porque “encarna cabalmente todos los valores cívicos que el Foro Ermua pretende fomentar y defender por encima de los intereses partidistas”. Según interpreta el jurado del premio, “es un ejemplo acabado de fortaleza y de lealtad a la memoria de las víctimas, de sentido de la dignidad y de defensa de la libertad, que demuestra con su firmeza al salvaguardar los principios éticos con independencia de cualquier otra presión o sentimiento. Tras el asesinato de su hijo Josefa, Pilar Ruiz Arbisu rechazó las hipócritas condolencias que trataron de transmitirle los dirigentes nacionalistas y denunció, con indescriptible fortaleza y dignidad, la connivencia que propiciaba la desprotección de los ciudadanos no afines al nacionalismo. En las actuales circunstancias, Pilar Ruiz Arbisu viene denunciando, incansablemente, la incongruencia e inmoralidad que se esconde tras la política de negociación con la banda terrorista”.
En el caso de Ayesa, la plataforma cívica destaca su “reconocimiento a su valor cívico al denunciar la extorsión de ETA” y afirma que “ha querido premiar, en su persona, a quienes no se han doblegado ante ETA y pertenecen a un sector social que ha sufrido de manera sistemática, durante muchos años, la presión de la banda terrorista. Un sector especialmente desamparado que percibe el verdadero rostro de ETA, que no es el de la voluntad de dejar la violencia sino de perpetuarla y rentabilizarla: el rostro del chantaje”. El Foro Ermua destaca su “honestidad y valentía” en la denuncia de la extorsión, sobre todo, “en las circunstancias de este momento político que no avala la resistencia cívica sino que la desaconseja y la presenta como contraria a la paz”.
La primera Edición del Premio, en 2001, se concedió a Ana María Urchueguía, alcaldesa socialista de Lasarte-Oria (Guipúzcoa) y a Doña Pilar Elías, concejala del PP en Azcoitia, por su coraje democrático representando a los ciudadanos de sus respectivos municipios. El II Premio (2002), recayó sóbre el magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, que en agosto de dicho año había ordenado la suspensión de toda actividad de Batasuna, brazo político de ETA. El III Premio (2003), fue concedido a Dominique Perben, ministro de Justicia de Francia, por la colaboración francesa en la lucha contra el terrorismo. El IV Premio (2004), fue para el presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), José Alcaraz. Finalmente, el V Premio (2005), se concedió a María San Gil, presidenta del PP vasco, y a Rosa Diez, eurodiputada socialista, por su coherencia al defender los principios democráticos con independencia de cualquier estrategia partidista.