Según informa Manuel Marraco en El Mundo, el escrito que la Fiscalía de la Audiencia Nacional ha presentado esta semana en relación a Moutaz Almallah reduce sustancialmente las acusaciones que pesaban sobre él cuando fue solicitada su extradición de Reino Unido. En 2005, la Comisaría General de Información sustentó su petición en que, supuestamente, Almallah era una "referencia fundamental e insustituible" del "proceso manipulador" que desembocó en los atentados y se le calificaba como "el escalón más alto" del 11-M junto a El Haski o Belhadj, que finalmente no fueron condenados por la autoría intelectual de los atentados.
"Todo indica que la Policía se inventó una película sobre el 11-M, echando mano de los islamistas que tenía fichados", podemos leer en un breve editorial del mismo periódico El Mundo.
El juicio a Moutaz Almallah llega ahora porque cuando comenzó el macrojuicio por la masacre aún no estaba en España. Las absoluciones de los otros cerebros de la trama, motivaron que finalmente la Fiscalía haya rebajado las acusaciones contra él. "Moutaz se ha sumado con tres años de retraso al pinchado suflé de cerebros", cuenta El Mundo.
En primer lugar, el fiscal Miguel Ángel Carballo pidió su puesta en libertad, aunque esta no llegó porque las acusaciones continuaron pidiendo la prisión incondicional. El juez Eloy Velasco, al frente del caso en sustitución de Juan del Olmo, terminó imponiéndole una fianza que posibilitó su puesta en libertad. Ahora, después de que el magistrado iniciara el procesamiento sin imputarle ya la inducción de la masacre, el escrito del fiscal termina de vaciar de contenido las gravísimas acusaciones que sustentó en su día la Policía. Sólo pide una pena de ocho años de cárcel por "actividades de favorecimiento del terrorismo islamista".
El escrito apunta, no obstante, la supuesta vinculación de Almallah con la trama: habría tenido contactos con Al Qaeda en España y en su local de la calle Virgen del Coro se habría adoctrinado a quienes cometieron la masacre. En su ausencia, su hermano Mouhanad habría gestionado el alquiler del centro. En su día, la Policía dijo de los dos hermanos que estaban "situados en una escala de dirección y manipulación efectiva" de grupos como el que perpetró el 11-M y que fueron "los referentes ideológicos de El Tunecino".