El partido socialista ha intentado atajar el debate acerca de la sucesión de Zapatero en numerosas ocasiones pero el protagonista sigue sin aclarar si se presentará o no en 2012. La respuesta oficial de todos los miembros del Ejecutivo cuando son abordados por la prensa es la misma, y es que no se contempla otra posibilidad más que la de Zapatero. Este mismo domingo, sin embargo, Zapatero se resistía a responder en El País.
Según El Mundo, crece la opinión de que no se puede aplazar la decisión al año que viene, como pretende el presidente, y de hecho ya hay dirigentes que sí creen que hay una oportunidad para el relevo en el seno del partido. Crece la opinión, por tanto, de que Zapatero debería anticipar su decisión para evitar la cascada de hipótesis y declaraciones.
Mientras tanto, la imagen de Zapatero sigue en caída libre, sobre todo por la gestión de la crisis. ABC habla este domingo de desgaste de la "marca" Zapatero en los últimos meses. Señala el diario de Vocento que la imagen personalista de Zapatero, que sirvió para ganar dos elecciones, ya no sirve para una tercera. Los días de vino, rosas y "cejas", como gráficamente expresa el diario, habrían acabado con las trágicas estadísticas de paro que asolan el país. Ahora, y en plena legislatura, la "marca" ZP que dio el triunfo estaría desgastando a pasos agigantados a la marca "madre" que la acoge, que no es otra que el PSOE.
El diario se apoya en la opinión de varios expertos en comunicación. Así, Daniel Ureña, de la firma Mas Consulting, señala que la confianza en Zapatero ha perdido muchos puntos recientemente cuando era el principal activo del partido socialista. Y opina que el PSOE debe zanjar cuanto antes el debate de la sucesión, y que sería positivo que Zapatero se pronunciara ya.
Jose Luís Sanchís, consultor de imagen y comunicación política, opina que pese al descalabro de su imagen sí se presentará a las elecciones porque ya no hay tiempo para montar una "alternativa", y porque "sigue estando mejor valorado que Rajoy". Sólo que su campaña nueva estaría basada más en las siglas del PSOE que en la figura del presidente.
Mientras, Narciso Michavila, del gabinete de Análisis Demoscópico, asegura que en crisis la gente "huye de los mesías y de los carismáticos y buscan los gestores de equipos". Es ahora cuando el personalismo de Zapatero puede desgastar, precisamente, al PSOE como partido, aunque añade que "la marca PSOE es más fuerte que la marca ZP".
Dos corrientes
Por su parte, El Mundo valora que Zapatero sí podría tener suficiente crédito todavía en el partido para presentarse a una tercera reelección. Es decir, que si el presidente se presenta de nuevo el PSOE lo aplaudiría y el presidente no encontraría la más mínima disidencia dentro del partido.
Pero sí habría, según el diario, dirigentes que no opinan lo mismo y no ven mal que se abra el debate de la sucesión. Habría entonces dos sensibilidades latentes que aún no han aflorado con claridad en el partido.
Una de ellas es la que opta por rememorar con nostalgia el liderazgo de Felipe González, al que Zapatero no ha logrado acercarse. Son los partidarios de pactos con nacionalistas moderados o que apuestan por ceder al PNV el Gobierno vasco para reeditar una coalición, y que nunca han comulgado realmente con la política de Zapatero.
La otra es aún más subterránea y discreta, y tampoco ve mal que se abra el debate sucesorio. Es el sector, dice El Mundo, de los damnificados por el liderazgo de Zapatero. Son ex ministros, secretarios generales, (ex) diputados y (ex) senadores, una lista ya abultada, que pudieron incluso apoyar al presidente en sus primeros pasos. De momento, sólo reconocen la merma en el liderazgo de Zapatero en una esfera muy privada, y no ven mal un relevo en su candidatura de aquí a un año.
Sólo el ex ministro Jordi Sevilla ha hablado con claridad hasta ahora, recuerda El Mundo. Apunta que Sevilla pidió explicaciones a Zapatero en dos ocasiones y llegó a escribir en su blog que "como la cosa no sólo le afecta a él, su familia y su partido, sino al conjunto de España, le pediría que no nos meta en ese debate, a favor o en contra, que bastante dividida tenemos ya a la población en otros muchos asuntos y, hasta entonces, dediquémonos a cosas más enjundiosas, como crear empleo".
Estos dirigentes apuestan por un proceso de primarias similar al del año 2000, aunque sea un año antes de las generales.