No se sabe si habrá una nueva comparecencia de Celestino Corbacho en el Congreso. Tampoco si tan siquiera volverá a pisar la cámara baja antes de su marcha hacia Cataluña. De ahí que hoy los grupos parlamentarios se hayan adelantado... por si las moscas. Todos han querido aprovechar su presencia en el Congreso para despedirse. Porque hoy además era el indiscutible protagonista.
Dos temas: reforma laboral y prórroga de los 420 euros. Dos asuntos de su cartera ministerial que ha defendido desde la tribuna de forma escueta y tranquila. Sin florituras. Sin embargo el resto de intervinientes no han dejado pasar la ocasión. El primero: el PNV. "No se si es el momento procesal oportuno para una despedida afectuosa, no se cuantos debates vamos a poder compartir a partir de ahora", decía divertido Emilio Olabarría. También se sonreía Corbacho desde su escaño ante la alocución del diputado peneuvista, que añadía: "comprendo que su abandono del gabinete no le produzca especial turbación... le deseo suerte en su nueva singladura".
Recogía el guante el siguiente en la tribuna: Carles Campuzano, de CIU. "Para mí ha sido un placer confrontarme con usted y mas allá de que, en las próximas semanas y meses, nos vamos a confrontar en las elecciones catalanas le deseo, en lo personal y en lo politico, la mejor suerte para usted y a las personas a las que quiere".
El PP era bastante menos afectuoso. La diputada Carmen Álvarez- Arenas se quejaba de que "su salida del Gobierno es una incógnita". "No sabemos si pondrá cara a la huelga general o le van a cesar antes, o si se va a ir, no lo sabemos...". Y remataba: "sinceramente usted se despide con un triste balance al frente del ministerio, con 2 millones de parados que se han generado en el tiempo en el que usted ha estado ahí".
La guinda la ponía su propio grupo parlamentario: el PSOE. El diputado Manuel de la Rocha comenzaba su intervención desde la tribuna de oradores manifestando su "apoyo en esta fase final de su condición de ministro de Trabajo e Inmigración del Gobierno, nuestro reconocimiento por su labor y también la confianza de que en nueva etapa en Cataluña va a seguir trabajando por los valores socialista por una sociedad más justa e igualitaria. Muchas gracias señor ministro..."
Y ovación cerrada de la bancada socialista. ¿La cara de Corbacho?: Una media y apacible sonrisa. La misma que tenía justo después de sacar adelante su reforma laboral. A las doce del mediodía, el titular de Trabajo se dejaba caer por el patio del Congreso y allí atendía a las preguntas de Libertad Digital.
La primera: ¿Cuándo se va? "Sobre final de octubre", respondía el ministro con condiciones porque son "previsiones, ya que todavía no está el decreto de convocatoria de las elecciones", y explicaba que entonces tendrá que "convenir una agenda de común acuerdo, cuando el Presidente del Gobierno lo estime y lo decida, pero no mas allá de finales de octubre".
Sobre su sustituto no ha querido ni mentarlo: "No, eso se lo tienes que preguntar al presidente del Gobierno", decía a LD. Pero lo sorprendente es su respuesta sobre si esta salida del equipo gubernamental dará paso a una crisis de Gobierno. "No, no, no, en absoluto. Lo mío es una decisión personal, de que me quiero dedicar a la política activa", exclamaba entusiasta Corbacho olvidando que ostenta todavía la cartera de Trabajo. "Quiero volver a Cataluña con muchas ganas, con mucha ilusión, se lo comuniqué al presidente el 20 de agosto y que espero que vaya bien".