Sin embargo, no sólo los críticos se marchan con un sabor agridulce de la cita más importante del año para los populares. “No se ha respirado ilusión en ningún momento, no ha habido un sentimiento de unidad, de partido, como ocurrió en otras ocasiones”, resumía un desencantado diputado nacional.
Y lo cierto es que, a juicio de muchos de los que en estas jornadas han hablado con Libertad Digital, la unidad se rompió nada más comenzar la convención cuando la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, replicó al mismísimo José María Aznar. “Es lo que nos faltaba, criticar al único dirigente que nos ha llevado al Gobierno de España”, imploraba un miembro de la Ejecutiva Nacional del PP.
“Nos intentan vender la idea de un partido unido, de cerrar heridas, pero ellos mismos se encargan de dejar claro que no tenemos nada que ver con el PP de hace dos años”, sentenciaba otro colega de partido.
A otros también llamó la atención lo poco que se habló de los grandes referentes del PP. A la ex presidenta del PP vasco, María San Gil, no se le citó en ningún sitio; ni en la mesa dedicada a los valores ni tampoco en los discursos. “Es como si estuviera prohibido hablar de ella”, remató un veterano político vasco. Tampoco fue nombrado José Antonio Ortega Lara.
Las víctimas del terrorismo sí tuvieron su espacio a través de una exposición fotográfica en recuerdo a Miguel Ángel Blanco. Allí no era difícil encontrarse con Antonio Basagoiti, muy participativo en todo el cónclave, y su número dos Iñaki Oyarzábal.
El presidente del PP en la Eurocámara, Jaime Mayor Oreja, también puso el acento en estas cuestiones y habló de recuperar “la buena dirección” en la política interior.
Aguirre y Camps eclipsaron a Rajoy
En cuanto a los protagonistas de la cita, hay unanimidad: Esperanza Aguirre y Francisco Camps. La primera eclipsó a Rajoy el viernes y el segundo, el sábado. Su presencia en el cónclave fue todo un revulsivo; la presidenta madrileña fue la estrella en todo "stand" al que acudía y el barón valenciano dio la nota a su llegada cuando decenas de simpatizantes de su región se encargaron de caldear el ambiente al grito de “Paco presidente”.
Llegaron, incluso, a quitarle protagonismo al presidente del PP en la jornada de clausura, cuando ha entonado un discurso decepcionante en el que ha presentado su credo para llegar a la Moncloa. Y es que, en los corrillos políticos, el chascarrillo era la ausencia de ambos en el cierre. “Hechos como éste en un país a punto del 20 por ciento de paro son irrelevantes”, trataba zanjar Núñez Feijóo en declaraciones a los periodistas.
Y sólo minutos después del discurso de Rajoy, la espantada. “Me voy como me fui, sin esperanza”, concluyó un miembro del PP, que resumió así el sentimiento de muchos.