(Libertad Digital) Las fuentes consultadas por El Mundo indican que el atentado pudo ser cometido por un grupo de etarras no fichados ubicados en la zona de Vizcaya. Alguno de ellos, incluso, podría residir en el pueblo de Arrigorriaga, donde se cometió el asesinato del inspector de policía. Eduardo Puelles contaba con fuertes medidas de seguridad: su vehículo disponía de placas de matrícula reservada para preservar su identidad.
De ello, los investigadores deducen que el inspector fue sometido a una fuerte vigilancia y control por parte de los terroristas para controlar la zona donde solía aparcar su vehículo en el que colocaron la bomba-lapa. La Policía cree, además, que los autores son los mismos que perpetraron en 2007 el atentado contra el escolta Gabriel Giner. Las similitudes entre ambos crímenes son numerosas, entre ellas, el lugar donde fue colocado el artefacto.
ABC, mientras, apunta que los etarras pudieron recibir la ayuda de un grupo de "soplones" residentes en el pueblo del inspector, porque para cometer el atentado los terroristas necesitaban datos actualizados de las costumbres del agente.