En unas declaraciones contenidas en el libro de un periodista de Berria, el sustituto del clausurado Egunkari, Jesús Eguiguren, presidente del PSE e interlocutor del Gobierno Zapatero con ETA en las últimas negociaciones, asegura asegura que si las conversaciones que tuvieron lugar en el Santuario de Loyola, mantenidas con Batasuna y PNV, hubiesen prosperado, el Gobierno de España "se habría metido en un buen fregado" porque "algún día" se habría llegado "a la consulta".
En uno de los capítulos, Eguiguren reconoce que el PSE actuó, en Loyola, "con el beneplácito de Madrid" pero advierte de que "no se daba cuenta de la importancia de este acuerdo y de todos los problemas que había detrás". "Madrid pensaba que esto se limitaba a una reforma del Estatuto. Sospecho que entre ellos decían: 'Cuando le reforma llegue aquí la peinaremos un poco'. Es decir, si el acuerdo hubiera salido adelante, algún día el Gobierno de España se habría metido en un buen fregado. El Gobierno de España no se daba cuenta de que por ese camino, algún día, llegaríamos a la consulta", afirma.
En el libro, Egiguren recuerda los contactos que Gobierno y ETA mantuvieron en Oslo en noviembre de 2005, y durante los que, según sus palabras "más o menos" el Ejecutivo y la banda terrorista apalabraron que, "en la medida de los posible", no se practicarían detenciones y se dejaría a Batasuna "funcionar de facto", es decir, que Batasuna contaría con inmunidad judicial. "Pero ya sabes qué clima había con el PP, etc. Los jueces empezaron a apretar. Todo eso no lo hizo queriendo el Gobierno. Tu no puedes garantizar al cien por cien lo que va a hacer un juez", afirma. No obstante, agrega que "si un juez no deja funcionar a Batasuna en un momento dado, si sabes que dentro de dos meses vas a ser legal, no tiene por qué romper el proceso".
Según Eguiguren, "lo mismo pasó con el impuesto revolucionario" –en alusión a la extorsión etarra– ya que los terroristas se comprometieron a no pedirlo, "pero empezaron a mandar cartas, aunque fuera en otro tono". "Sucedieron problemas así, pero en procesos de paz suceden estas cosas, y más graves aún", puntualiza.
A juicio del dirigente socialista, el alto el fuego "comenzó de la peor manera, con la detención de Otegi, con las detenciones de empresarios" aunque "ellos ya saben que se intentó que no les detuvieran".
Oslo
El presidente del PSE recuerda que en Oslo se decidió "cuándo se iban a hacer más o menos las reuniones" y quiénes iban a participar en ellas. "El primer encuentro tenía un plazo. Cuando le tregua estuviera declarada y la declaración del Gobierno realizada, el Gobierno y ETA debían reunirse para hablar sobre sus temas", señala.
Agrega que se debía decidir "quiénes iban a ser los observadores internacionales, había que definir el calendario, decidir si primero íbamos a hablar de desmilitarización o de presos". "Pero esa primera reunión nunca se llevó a cabo", dice. Según su relato, se preguntó a los representantes de ETA "por qué no comenzaban las reuniones", a lo que respondieron que se debía a que "había habido detenciones" y a que "no cumplíamos los compromisos".
"Las reuniones entre ETA y el Gobierno debían empezar antes del verano, en verano Batasuna debía hacer que fuera legal y, posteriormente, debíamos empezar a hablar (los partidos) de política en septiembre u octubre, pensando que Batasuna iba a estar legalizada en poco tiempo", explicó.
Legalización de Batasuna
Eguiguren afirma que, aunque "quizás ahora no lo admitirán" Batasuna se comprometió "ante nosotros" a que "se iban a legalizar". "Incluso tuvimos reuniones con Batasuna para definir cómo se podía hacer eso a través de las leyes", apunta.
Sin embargo, agrega que "se fue el verano, ETA publicó su comunicado y Batasuna no se legalizaba, no se producía la primera reunión con Batasuna". Tras afirmar que entonces "se veía que ocurría algo raro y que en algún lado algo se había roto", en agosto "cambiaron el esquema".
Según sus palabras, "en Madrid no querían hablar de política". Como Josu Jon Imaz y éstos dijeron mil veces lo de 'primero la paz y luego la política'... En Madrid nunca les gustó lo de Loyola", rememora.
Afirma que fue él quien les 'impuso', "en cierta manera", el empezar a hablar de política, diciendo "'vamos a demostrar a éstos que esto va en serio", señaló. Posteriormente, señala, "empezó Loyola, –septiembre de 2006– en contra de lo previsto, en contra de lo que se apalabró con ETA, como intento de superar la crisis generada, pensando que se iba a facilitar que el proceso siguiera adelante si se lograba un acuerdo". "Es decir, el origen de Loyola no fue que el proceso iba bien, sino lo contrario. El pensamiento de Arnaldo era: 'Si yo llego a un acuerdo con el PNV y el PSOE, ¿cómo va a decir ETA que no?'", manifiesta.
Reuniones
Según el líder del PSE, él "no hablaba mucho con Madrid" y eso "lo llevaba sobre todo Rodolfo (Ares), porque yo pensaba que era una cuestión de aquí". "Quiero decir: hasta Loyola el sistema era llegar a acuerdos aquí e informar a Madrid, pero, en esta fase, Madrid estuvo encima. El tener que consultar continuamente con Madrid dificulta mucho el acuerdo, pero bueno, también da tranquilidad que el día de mañana no van a decir que llegamos a un acuerdo sin avisarles", explica.
Eguiguren recuerda que, "en aquellos momentos estaba el debate sobre el Estatuto de Cataluña, que decía que Cataluña era una nación" de forma que la idea de los congregados en la localidad guipuzcoana era "hacer aquí algo parecido". No obstante, su "temor" era que, "si reconocíamos que Euskal Herria es una nación, eso conllevaba que era sujeto de decisión". "En Madrid no querían aceptar eso así. Ares me decía: '¿País?. No hay país. Existen ciudadanos'. Mi decisión fue la de admitir lo de la identidad nacional; eso luego no tiene efectos prácticos, si atas bien el acuerdo", indica.
Así, recuerda la discusión y afirma que "a nosotros nos da igual seguir con el actual Estatuto, meter Navarra en Euskadi, crear una eurorregión.... esas son sus preocupaciones". Nosotros estamos contentos con lo que hay. A ellos les preocupaban los contenidos, y a nosotros, los métodos: cómo hacerlo de manera que el Gobierno lo aceptara", dice.
El presidente del PSE reconoce que "el asunto más difícil era el de la opción de materializar todos los proyectos políticos" aunque asegura que, para los socialistas vascos "también en el actual sistema tienen opción todos los proyectos". "En el actual sistema, puedes materializar la independencia, pero para eso tienes que reformar la Constitución. Pero aquí la vía era, reformados el Estatuto y el Amejoramiento, establecer instrumentos para poder materializar la independencia. Para nosotros era un paso enorme", admite.
Eguiguren asegura que la última propuesta que presentó Batasuna en Loyola, y que desembocó en la ruptura de los contactos, fue algo "de última hora" que, en su opinión, "lo impuso ETA". "El esquema de Loiola era parecido al de la transición española: modificar el estatuto vasco, modificas el amejoramiento foral, referéndum en Euskadi, referéndum en Navarra, y esas modificaciones hacen posible un acercamiento a una única comunidad autónoma, pero siempre respetando la ley, paso a paso", precisa.
A su juicio, la banda armada dijo "olvidad todo eso y, en dos años, una única comunidad autónoma. Pero no existen mecanismos legales para hacer eso, porque antes tienes que anular la CAV y Navarra. Anular las dos y hacer una nueva". "No tenía ninguna coherencia con lo que hablamos en Loyola", dijo.