L D (Pedro de Tena) También las guardan los sindicatos mayoritarios, UGT y CC.OO, que participan de la orgía enchufista en estas empresas tanto como el mismo PSOE andaluz. Tienen el censo sindical con nombre y apellidos, pero antes que hacer trabajos de investigación sobre el enchufismo, practican el deporte del alto voltaje. Demos un dato para abrir apetito. El porcentaje de afiliación a UGT dentro de la empresa pública de la Junta de Andalucía, EGMASA, que tiene más de 5.000 trabajadores, es del 80 por ciento. El País creía hace tiempo que era del 70 por ciento. Teniendo en cuenta que la afiliación media andaluza es sensiblemente menor, ¿cómo es posible tal fiebre afiliatoria en la empresa pública Egmasa? ¿Milagro? ¿Mutación genética? Un alto cargo de la Junta comentaba no hace mucho que no se explicaba por qué la Junta tenía que hacerse cargo laboral de determinados afiliados a UGT y pagar sueldos, gastos y daños colaterales. Bueno, es una pista.
Para que tengan una idea de cuál es la afiliación sindical en España y en Andalucía, sepan que no hay datos oficiales fiables desde 1995 cuando menos. Los sindicatos no aportan estos datos. Prefieren hablar de "delegados", delegados elegidos por todos los trabajadores de las empresas y organismos estén o no afiliados. ¿Por qué? Porque así ocultan la realidad del sindicalismo "de clase" -de la clase fetén- español.
Vean este cuadrito que está en un documento de la propia UGT, no de los enemigos íntimos del sindicalismo burocrático y de correa de transmisión que sufrimos.
Es decir, los propios autores del informe admiten que no dan ni un dato sobre la afiliación desde 1995, desde hace 15 años. Son los propios sindicatos "de clase" -de la clase fetén-, los que, a pesar de recibir ingentes millonadas de dinero público, no tienen ni el más mínimo nivel de transparencia. ¿Y el Tribunal de Cuentas? ¿Y la democracia interna de los propios sindicatos, a la que están constitucionalmente obligados? ¿Cómo se elige a los representantes sin un censo de afiliados y afiliadas? Si existen tales censos, ¿por qué no se hacen públicos?
Hay datos más recientes. Según la Encuesta de Calidad de Vida en el Trabajo que elaboró el Ministerio de Trabajo en 2007, sólo el 15,8% de los ocupados españoles están afiliados a un sindicato, mientras que el nivel medio de conocimiento de la actividad sindical era de 3,7. Por edades, los trabajadores de entre 45 y 54 años son los más afiliados, mientras que por nivel de estudios, la tabla la encabezan los universitarios, con un 19,4% El porcentaje, admiten desde las propias organizaciones, no llega en ningún caso al 20 por ciento aun incluyendo a los desempleados afiliados a las centrales. Los sindicatos se resisten a creer que los trabajadores españoles son indiferentes a su labor. Andrés Gómez, responsable de Administración y Finanzas de CC OO, no esconde que la tasa de afiliación a las centrales españolas es de las más bajas de Europa. Sólo aguanta la comparación con Italia y supera a la francesa, que apenas llega al 9%. Pero está muy alejada del 60% que se da en los países nórdicos -Suecia, Noruega, Finlandia y Dinamarca- o del 30 ó 40% de países como Bélgica, Holanda o Alemania.
Comisiones Obreras reconoció en su último congreso que la cifra de afiliados cotizantes en Andalucía en 201.439. Dado que Andalucía tiene una población activa de 3.927.000 personas, la tasa de afiliación al sindicato es del 5,1 por ciento. Y se sabe que es el sindicato mayoritario, luego UGT debe tener incluso menos tasa de afiliación. Si la tasa de afiliación la calculamos respecto al número de asalariados, que a finales de 2008, era en Andalucía de 2.584.700, la tasa de afiliación de CC.OO se situaría en el 8 por ciento.
Pero seamos generosos. Pongamos que en Andalucía la afiliación es más alta que en España y que está en torno al 19 por ciento. No es una afirmación gratuita. La tasa de afiliación sobre la población activa de UGT en Asturias es la mayor del sindicato a nivel estatal y supone el 13,88%, mientras que en España el porcentaje se reduce al 4,89%. En comunidades como Madrid y Cataluña, la tasa es del 3,8%, y en Andalucía, del 5,4%. O sea, que la tasa de afiliación a UGT en Andalucía no llega al 6 por ciento. Y a CC.OO, será, podemos colegir, otro tanto. O sea, un 12 por ciento entre los dos como máximo. Pero, bueno, seamos generosos como hemos dicho. Lo que pasa es que incluso desde un 19 por ciento al 80 por ciento de Egmasa media un abismo.
¿Qué puede haber sucedido? Adivina adivinanza. Una pista. El que fuera gerente-manager de Egmasa en Málaga en 2006 -y a lo mejor lo sigue siendo -, se llama Pedro Cortés Aranda. El de Jaén, Valdivielso Sánchez, Rafael Eugenio. El primero, fue del secretariado andaluz de la UGT y de la Federación de Trabajo de la Tierra. Y el segundo, Valdivielso, es sobrino de Gaspar Zarrías y ya no está en Egmasa, sino de alto cargo de la Junta de Andalucía en Jaén. El gerente de Sevilla era Jerónimo Garrote Nogués, del que el diario El País dijo en su día, con motivo del caso Juan Guerra: "Jerónimo Garrote Nogués, un licenciado en empresariales, al que Comasa y Juan Guerra, según su declaración, le deben dinero por la realización de un estudio de mercado sobre el hotel destinado a conseguir la subvención oficial; 250.000 pesetas de un viaje de José Garrido a París que él pagó, y un millón y medio de un préstamo que avaló a Guerra y que le reclamó el banco tras su impago".
Garrote dijo que visitó a Juan Guerra en su despacho de la Delegación del Gobierno en Sevilla para reclamarle la deuda de Comasa "porque él era el eslabón más alto". Añadió Garrote que para la toma de decisiones importantes, Garrido y López Martín consultaban con Juan Guerra y se reunían con él. "Mi único interés", concluyó, "es que se me quite la cara de tonto que se me ha quedado". El gerente de Granada, Jesús Raya Ibar, fue alcalde del PSOE en Castilléjar, Granada.
Seguiremos otro día. Pero las pistas están. El 80 por ciento de afiliación de trabajadores de Egmasa a UGT puede deberse, ¿verdad? al modo en que han sido colocados. ¿Que somos injustos y parciales?
Lean lo que escribe la CGT, que es un sindicato poco sospechoso, con motivo de la huelga de los trabajadores de INFOCA, pertenecientes a Egmasa, en el verano de 2007: "Ha sido todo un éxito, ya que entorno a unos 1500 trabajadores del PLAN INFOCA han secundado masivamente a pesar de los servicios mínimos abusivos (80%) impuestos por la Consejería de Medio Ambiente, y del señalamiento de los mismos, dado que la empresa pública y gestora de dicho plan (Egmasa) ha demostrado su partidismo e imparcialidad de los mismos, al nombrar de forma deliberada a medios que se sabían a priori por la vinculación y afiliación al sindicato oficialista de la Junta de Andalucía, UGT." Vaya.