Mucha expectación pero pocas novedades reales. Ninguna de la partes organizadores había avanzado un solo detalle del acto durante la semana pasada, ni sobre el desarrollo del acto ni sobre el texto que se iba a firmar entre ambas partes. El misterio había generado demasiadas expectativas, que al final no se cumplieron.
Eusko Alkartasuna y la izquierda abertzale -ese concepto abstracto en el que el brazo político de ETA se camufla cuando le conviene- firmaron este domingo un acuerdo político-estratégico para configurar el Polo Soberanista, cuyo objetivo último es conformar un "espacio progresista" que ayude a la creación de "un Estado vasco independiente”. El mismo nace abierto a nuevas adhesiones, y con todas las miradas puestas para ello en formaciones políticas como Aralar o en sindicatos como ELA y LAB.
En el texto del acuerdo se aboga por la “desaparición de todo tipo de violencia” -expresión utilizada por independentistas y proetarras para poner al mismo nivel los atentados de ETA y, por ejemplo, las detenciones de etarras-, es decir, no hay condena expresa del terrorismo etarra, y tanto ETA como Batasuna apuestan por la adopción de los Principios Mitchell para buscar “una salida negociada al conflicto vasco”, es decir, para abrir un nuevo proceso de negociación en el que el Gobierno ceda a las pretensiones políticas de los terroristas a cambio de que dejen las armas.
Del mismo modo, ambas formaciones políticas mantienen su “propia identidad”, según el acuerdo, lo que deja entrever que concurrirán por independiente en las próximas elecciones municipales y forales, que se celebrarán en mayo de 2011, lo que parece desvelar una de las grandes incógnitas que buscaban respuesta en este acto.
Batasuna y Eusko Alkartasuna irán de la mano en las políticas de “democracia participativa, desarrollo sostenible, paridad, euskera, educación, salud, nacionalidad y ciudadanía” y trabajarán en la creación de “estructuras juridico-políticas nuevas” para cada uno de los territorios vascos, así como una nueva “institución nacional”, de base municipal, “retomando el camino emprendido hace algunos años con Udalbiltza, y tomando como referente las bases de la misma”.
Asimismo, ambas formaciones destacan en el texto de su acuerdo en la búsqueda de un estado vasco independiente que “respetarán” los “diferentes ritmos” que llevan en la búsqueda de esa independencia cada uno de los territorios que reivindican. Y es que, mientras en la comunidad vasca el nacionalismo está fuertemente implantado, en Navarra es mucho menos fuerte y, en los territorios que reivindican en Francia, pertenecientes al departamento de Pirineos Atlánticos, su implantación es entre ridícula y testimonial.
El acto, que se celebró en el auditorio principal del Palacio Euskalduna de Bilbao y se prolongó más allá de las dos horas, tuvo al euskera como su idioma principal, quedando el castellano relegado a un tercer plano, pues hubo más minutos con el mismo desarrollándose en habla inglesa que en la común a todos los españoles. Asimismo, contó con una cuidada escenografía, en la que no faltaron la música de txalapartas, danzas tradicionales, o bertzolaris, algo habitual en los actos que celebra el brazo político de ETA.
Al mismo acudieron diversas formaciones políticas independentistas y de extrema izquierda con las que suelen mantener contactos y acuerdos tanto Batasuna-ETA como EA. Entre ellas, había representantes del Sinn Fein irlandés, del N-VA belga (nacionalistas flamencos), el FLMN de El Salvador, el FPLP palestino, de Corriente Roja (liderada por la ex diputada de IU Ángeles Maestro), de Izquierda Castellana, de los independentistas catalanes ERC, Endavant y CUP, y de los independentistas gallegos BNG, Nos-UP y FPG.