Con un aplauso más alto de lo normal, De la Vega ha salido de la votación de los Presupuestos, el que será, muy probablemente, el último acto político de la vicepresidenta primera y ministra de Presidencia hasta este día 20 de octubre. En el cargo desde el primer gabinete de Zapatero, se va la ministra de la oposición a la oposición. Dedicó todas y cada una de las ruedas de prensa posteriores al Consejo de Ministros a arremeter contra la oposición con entusiasmo y mala baba a partes iguales.
Su descomunal fondo de armario y obsesión por estrenar un modelito cada día marcaron la primera Legislatura, especialmente después del inolvidable posado de las nuevas ministras para la revista Vogue en julio de 2004. Hubo quien la bautizó como "la vice-vogue". Un reportaje, por su mal gusto, que indignó a no pocas mujeres. Tres de ellas utilizaron sus conocimientos en el mundo de la moda para hacer un seguimiento a la, sin duda, estrella del posado. E conclusiones con los lectores de Libertad Digital. stas mujeres empezaron a analizar los modelos exhibidos por De la Vega en septiembre de 2004. Dejaron el trabajo, desbordadas por el enorme fondo de armario de la vicepresidenta, en septiembre de 2005. Terminaron exhaustas, pero compartieron sus
Zapatero, durante su comparecencia en rueda de prensa para anunciar los cambios en el Ejecutivo, ha agradecido especialmente a De la Vega su "entrega" y su trabajo, y ha avanzado que propondrá su nombramiento como miembro del Consejo de Estado. Zapatero ha dedicado parte de su intervención a Fernández de la Vega, ha recordado su "larguísima trayectoria" en el Gobierno y ha dicho que su agradecimiento "no se puede expresar sólo con palabras".
De la Vega entró en la carrera judicial a principios de los 90, por el cuarto turno, de reconocido prestigio, y como ‘número uno’ de su promoción. Es decir, a dedo. Ha ocupado cargos en los gobiernos socialistas desde los años ochenta, aunque se dio a conocer cuando fue nombrada secretaria de Estado de Justicia por el biministro Juan Alberto Belloch
Durante la primera legislatura de Zapatero fue la chica para todo. El presidente depositó toda su confianza en ella y le encargó solucionar todos los conflictos a los que se enfrentó el Gobierno. Además, semana tras semana se enfrentaba con mayor o menor fortuna a Zaplana y Acebes en el Congreso de los Diputados.
Su apuesta por el Estatuto de Cataluña protagonizó una de sus intervenciones más polémicas. Sonado fue la bronca que le echó a María Emilia Casas durante el desfile del 12 de octubre de 2007 por el papel del Constitucional en los recursos contra el Estatuto.
Pero en esta segunda legislatura, su estrella se fue apagando. Tuvo enfrentamientos con otras ministras como Chacón por la crisis del Alakrana, o con Salgado por la subida del salario de los funcionarios, y su desgaste era evidente. aunque sun principal en el Gobierno era Alfredo Pérez Rubalcaba y tampoco contaba con el favor del hombre fuerte del partido, José Blanco. Dos enemigos demasiado poderosos como finalmente se ha visto, con el ascenso de Rubalcaba que ocuparará su lugar en la vicepresidencia primera y como portavoz del Gobierno.
Además, se ha visto envuelta en escándalos como el empadronamiento irregular en Beneixida o la apertura extrajudicial de fosas en el Valle de los Caídos. Los rumores de su salida del Gobierno se repetían una y otra vez, siempre desmentidos por ella. Hasta el mismísimo viernes pasado negó rotundamente que se fuera a producir una crisis de Gobierno. Se sabía en el punto de mira de Rubalcaba, pero resistió hasta el final.