Verificar el alto el fuego de ETA y darle algún tipo de credibilidad internacional. Ése es el próximo objetivo del denominado Grupo Internacional de Contacto (GIC), que dirigido por el abogado sudafricano Brian Currin, intenta hacer avanzar la segunda parte de la negociación entre el Gobierno Zapatero y los terroristas de ETA.
Los componentes del mismo se reunieron este sábado 2 de abril en Londres, donde iniciaron el encuentro valorando y estudiando la sentencia hecha pública el pasado 23 de marzo por el Tribunal Supremo en la que se negaba la inscripción de Sortu, la última franquicia electoral de Batasuna-ETA, en el registro de partidos políticas del ministerio del Interior.
Tras esto, dieron paso al punto principal del encuentro, examinar y valorar de qué forma este grupo podría hacer una verificación del alto el fuego que anunciaron los terroristas de ETA en su comunicado del pasado 7 de septiembre. Según informaron desde el propio grupo, están intentando comprobar si los terroristas de ETA han puesto fin a la extorsión a la que someten a buena parte del empresariado vasco y navarro, aunque este lunes no dieron ninguna pista sobre cómo están llevando a cabo esta tarea.
De igual forma, reconocieron "la importancia y la complejidad de la cuestión de la verificación del alto el fuego" y avanzaron que están "adoptando un enfoque gradual para explorar las diversas modalidades que podrían ser utilizadas para la verificación de otros aspectos" del alto el fuego de los terroristas.
El Grupo Internacional de Contacto fue presentado públicamente en Bilbao el pasado mes de febrero por Brian Currin, en un acto donde el abogado y mediador sudafricano situó como sus principales objetivos conseguir la legalización de Sortu y auspiciar el acercamiento de los terroristas que cumplen condena a centros penitenciarios cercanos a las comunidades vasca y navarra.